En busca de líderes con fecha de caducidad

El presidente de Senegal anuncia la convocatoria de un referéndum para reducir a cinco años la duración de los mandatos, una medida encaminada a «dar ejemplo» a los líderes continentales

En busca de líderes con fecha de caducidad AFP

EDUARDO S. MOLANO

Conservantes naturales frente a democracias en hibernación. Esta semana, el presidente de Senegal, Macky Sall, anunciaba la convocatoria de un referéndum con un simple objetivo: reducir a cinco años los mandatos presidenciales; cuya duración actual es de siete. Para el mandatario, la medida está encaminada «dar ejemplo» a los líderes continentales.

«¿Han visto a algún presidente que recorte su mandato? Yo lo haré», se vanagloriaba Sall.

Las experiencias recientes son un grado. El pasado mes de octubre, tras ser acorralado por una oleada de violentas manifestaciones que exigían su salida del poder, el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, presentaba su dimisión después de 27 años al mando de la nave burkinesa. Su salida ha supuesto un serio aviso a eternos navegantes regionales, tras décadas de desencanto político.

«No se puede llevar a cabo un cambio fundamental, sin un cierto grado de locura. En este caso viene de la falta de conformidad. Del coraje de dar la espalda a las viejas fórmulas, el coraje para inventar el futuro». A Thomas Sankara, autor de la cita anterior y una de las figuras más reverenciadas de la política africana, el futuro le duró ciertamente poco. El 15 de octubre de 1987, Sankara, por entonces presidente de Burkina Faso, era asesinado a los 37 años de edad en un golpe de Estado orquestado por un antiguo compañero de armas. Ese mismo día, el propio Compaoré asumiría el liderazgo del país africano. Comenzaba así una de las dictaduras más dilatadas del continente. De 1987, hasta el pasado mes de octubre.

La espantada de Compaoré se producía entonces, curiosamente, la misma semana que el presidente de Sudán, Omar Al Bashir, anunciaba su intención de presentarse a las elecciones generales del próximo mes de abril.

En 2009, el Tribunal Penal Internacional emitía una orden de detención contra Bashir por crímenes de guerra y lesa humanidad cometidos en la región de Darfur. Una causa que no le ha impedido prolongar su Gobierno por más de dos décadas.

Sin embargo, Compaoré o Bashir no son los únicos mandatarios continentales con una concepción relativa del espacio-tiempo.

Éste es el caso del presidente de Uganda, Yoweri Museveni, quien ya ha anunciado su intención de continuar en el cargo hasta el límite constitucional de 75 años (el mandatario cuenta con 70 primaveras, 28 de las cuales en el poder). O del dictador zimbabuense Robert Mugabe (el apelativo presidente se queda corto con tres décadas de Gobierno). A los 91 años, algunos habrían optado por jubilarse, pero Mugabe prefiere celebrar pantomimas electorales. En las últimas, en julio de 2013, su partido volvía a acaparar el poder.

Problemas en la sucesión

Nadie dijo que la sucesión fuera fácil. Como recuerdan Natasha M. Ezrow y Erica Frantz en la obra «Dictators and Dictatorships: Understanding Authoritarian Regimes and Their Leaders»: En las dictaduras, los asuntos que involucran la sucesión pueden ser especialmente desestabilizadores. Así, cuanto más fuerte e institucionalizado sea el partido, mejor será su guía en el relevo del líder.

Por ello, algunos prefieren disipar cualquier duda sobre su retiro. Enfermo de un paternalismo excesivo, el camerunés Paul Biya (30 años de comandancia) ha sesgado cualquier alternativa a corto plazo con las recientes acusaciones de corrupción a sus máximos rivales dentro del partido; como los exministros Titus Edzoa y Jean-Marie Atangana Mebara.

Más enrevesados resulta el caso de Guinea Ecuatorial. «Debemos seguir el programa de consolidación de nuestra democracia». La palabrería tendría hasta gracia si no perteneciera a Teodoro Obiang, gobernante de un país donde el 75% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, el 35% morirá antes de cumplir los 40 años, y el 58% no cuenta con acceso a agua potable.

Pese a ello, el partido de Obiang, en el poder desde 1979, obtenía una aplastante victoria en los comicios legislativos y municipales del pasado año.

En otros Estados del continente, es la calma quien se ha adueñado ya del debate político. Desde que el Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) se hiciera con el poder en 1979, José Eduardo dos Santos se ha erigido como única fuerza en esta excolonia portuguesa.

Un espacio temporal que, por ejemplo, ha servido para que hasta cuatro mandatarios diferentes hayan ocupado la presidencia de Senegal.

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