túnez

Estabilidad política y consenso en medio de un violento caos

Túnez es gobernado por un Ejecutivo laico con el apoyo de islamistas moderados

Estabilidad política y consenso en medio de un violento caos efe

luis de vega

Túnez es el país que mejor parado ha salido del fracaso de las revoluciones de la Primavera Árabe , especialmente si se le compara con estados como Egipto, Libia, Siria o Yemen. La organización de elecciones y un cierto consenso en la resolución de problemas entre diferentes sensibilidades políticas ha mantenido al país magrebí alejado de la guerra civil o los golpes de estado.

El principal partido islamista, Ennahda, canalizó las esperanzas de una parte importante de la población, especialmente desde que regresó del exilio en el Reino Unido su líder, Rachid Ganuchi . Así se vio reflejado con su victoria en las urnas en las elecciones para la Asamblea Constituyente de octubre de 2011, coincidiendo con la muerte de Muamar Gadafi en la vecina Libia. Si bien los votos habían hablado en libertad, un sector destacado de los tunecinos que derrocaron al régimen no se sentían identificados con el resultado electoral.

«Establecer la democracia en Túnez es más prioritario que mantenernos en el Gobierno»

El asesinato de dos conocidos opositores de izquierdas en 2013 y otros ataques a manos de hombres de Ansar Sharía , grupo terrorista nacido en 2011, embarró la transición. Las acusaciones a los islamistas moderados de connivencia y complicidad con los radicales dirigidas por laicos y militantes de izquierda y el peligro de que la revolución fracasara, llevó a Ennahda a dar un paso atrás y pactar a comienzos de 2014 que un Ejecutivo de tecnócratas tomara las riendas del poder. «Consideramos que establecer la democracia en Túnez es más prioritario que mantenernos en el Gobierno», afirmó poco después Rachid Ganuchi en una entrevista con ABC.

«Vamos a seguir luchando por una alianza entre islamistas moderados y laicos moderados. Vamos a intentar que el Gobierno resultante no tenga solo el 51 por ciento de los apoyos, sino un respaldo más amplio de los partidos y la población. Todavía estamos en medio de una frágil transición y es necesario unir todas las fuerzas de la sociedad». Ese era el panorama que dibujaba el hombre fuerte de Ennahda mientras se fijaba fecha para los comicios presidenciales y legislativos.

Últimas elecciones

Así, con una nueva Carta Magna, se llegó a las elecciones de 2014, en las que el frente laico Nidá Tunís salió victorioso con su líder Beji Caid Essebsi, de 88 años, al frente. No sin dificultades los islamistas acabaron siendo admitidos en el nuevo Ejecutivo, que no se cerró hasta el pasado febrero. Se cumplían así en cierta manera las predicciones de Ganuchi, y Túnez sigue disfrutando de la mayor estabilidad política de la Primavera Árabe.

Estabilidad política y consenso en medio de un violento caos

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