Decenas de muertos en Nigeria por la lucha por el ganado y el agua
Al menos 60 personas pierden la vida después de que pastores de etnia fulani atacaran una aldea del país africano
Esta vez no fue Boko Haram . Ni siquiera el Ejército nigeriano o grupos mercenarios afines. Pero, de nuevo, los muertos se cuentan por decenas. Al menos 60 personas han perdido la vida en el interior de Nigeria después de que pastores de etnia fulani atacaran la localidad de Egba, situada en el estado de Benue, según informó el Gobierno local.
El asedio se produjo durante el fin de semana, cuando los asaltantes, originarios de la aldea de Loko, iniciaron una embestida contra el pueblo vecino.
John Ngbede, candidato regional del oficialista Partido Democrático del Pueblo (PDP), confirmó la recuperación de hasta 60 cadáveres. Entre ellos, mujeres y niños. Sin embargo, fuentes locales aseguran que el número de fallecidos se elevaría hasta casi el centenar.
En la actualidad, el pastoreo es un sector capital en Nigeria, con cerca de 15 millones de cabezas de ganado (la mayoría, bovinos de carne) gestionadas, casi en exclusiva, de forma tradicional. Su precio, aunque es cierto que varía según la región, se situaría en una media de 82.000 naira (unos 370 euros) por res. Aunque en algunos casos y, más aún teniendo en cuenta los últimos ataques, se puede disparar hasta casi el triple.
Un elemento que, además, se muestra básico como figura de estatus de poder. Por ello, en los últimos tiempos, los enfrentamientos entre pastores de la etnia fulani (musulmanes) y los agricultores berom (cristianos y animistas) son una nota ciertamente habitual en Nigeria, ya que el modo de vida de estas comunidades está influenciada de forma capital por el acceso a los acuíferos.
El año pasado, por ejemplo, un asedio a diferentes localidades del estado de Katsina por parte de pastores de etnia fulani (como el ocurrido durante el fin de semana) dejaba un mortal balance: hasta 113 fallecidos. El origen de este reguero de sangre se enmarcaba, presuntamente, en una venganza contra la población local por las últimas detenciones contra ladrones de ganado. A ello se unió entonces la visita a la región del presidente, Goodluck Jonathan, que contribuyó a que la mayoría de localidades atacadas (como Kurar Mota o Maigora) no contaran con suficientes efectivos militares para garantizar su defensa
Marginación política
«La lucha por el agua y las zonas de pastoreo sigue siendo el motor primordial de los conflictos regionales», advertía en 2009 el «think-tank» británico Overseas Development Institute, quien denunciaba la marginación política que sufren estas comunidades en el Cuerno de África.
En este sentido, en 2012, un informe de la organización Grain denunciaba la lucha abierta por un elemento que resulta cada vez más preciado: el agua. Ese mismo año, 42 policías fallecían en Kenia tras una emboscada de ladrones de ganado. La matanza se produjo cuando miembros de la comunidad turkana robaron ganado a los samburu, lo que desató una (a la postre mortal) operación policial en la región de Suguta.
Y no parece una excepción. En 2030, el 47 por ciento de la población mundial vivirá en áreas de alta conflictividad hídrica, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo. Siguiendo esta tendencia, un reciente estudio de la Universidad de Virginia y la Universidad Politécnica de Milán denunciaba cómo el fenómeno de acaparamiento de agua se ha intensificado.
Disminución de oferta
No obstante, en Nigeria, han sido los islamistas de Boko Haram quien parecen haber dilapidado a golpe de amenaza y chantaje esta forma de vida tradicional. Aunque su interés, la generación de un estado islamista, poco o nada tenga que ver con este sector.
En este sentido, Maishanu Na-Bello, líder de la asociación de ganaderos de etnia fulani en el estado norteño de Kaduna, denuncia que los ataques de la insurgencia rebelde han provocado una disminución del 70 por ciento en la oferta de ganado en algunos mercados locales, acarreando hasta un incremento del 100 por ciento en los precios.