La soledad de Dilma Rousseff cercada por la corrupción

Los escándalos lastran la credibilidad de la presidenta brasileña, cuya popularidad se hunde a toda prisa

La soledad de Dilma Rousseff cercada por la corrupción reuters

verónica goyzueta

Una presidenta aislada, impopular, inmóvil sobre un pantano de corrupción alimentado por la petrolera Petrobras , y sobre una débil estructura política construida en sucesivas campañas electorales pagadas con fondos oscuros y malversados. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, lleva menos de tres meses en su segundo mandato, pero se tambalea bajo la presión de la oposición, e incluso de algunos de sus «aliados» políticos, que le han impuesto derrotas importantes en el Congreso. Una gran protesta popular, además, le espera hoy a la presidenta que se encuentra en sus más b ajas horas.

«Es una paradoja de la política brasileña. Tenemos una presidenta recién elegida, pero que ve cómo se le escapa su legitimidad política», explica Francisco Petros, analista de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), en São Paulo, para quien el desgaste de Rousseff era previsible, pero que no ve ninguna pista de cómo puede acabar esta crisis. Las últimas encuestas muestran una caída de casi 20 puntos en la popularidad de Rousseff en una tendencia a la baja que no deja de agravarse. «No es nada bueno para el país tal fragilidad para una presidenta recién elegida. Desde el punto de vista republicano es un completo desastre», señala Petros.

Elegida para un segundo mandato con un margen muy apretado sobre el socialdemócrata Aécio Neves , que es hoy la principal cara de la oposición, Rousseff comenzó el Gobierno adoptando medidas impopulares, como recortes en salud y educación, el anuncio de un ajuste fiscal que afectará algunos derechos laborales, y el fin de las subvenciones a la energía eléctrica y la gasolina. Durante la campaña, Rousseff descartó esos ajustes y se los atribuyó a sus contrincantes, pero en cuanto fue elegida debió adoptarlos, bajo la presión de economistas y empresarios que preveían graves problemas si no aceptaba tales sacrificios.

Sin pruebas directas

Por otro lado, Rousseff se ha visto muy afectada por el sinfín de noticias sobre la corrupción reinante en Petrobras. A pesar de no haber pruebas directas sobre su implicación en los casos investigados, la presidenta fue citada la semana pasada como posible beneficiada en los casos de desvíos de fondos para la financiación de su campaña electoral de 2010. El hecho de haber sido ministra de Energía y Minas, responsable directa de Petrobras, durante el primer Gobierno Lula, también la deja a expuesta a la sombra de la duda.

La operación policial conocida como «Lava Jato» (Lavacoches) ha puesto al descubierto los desvíos de dinero realizados por la petrolera, que habrían beneficiado a constructoras y políticos de prácticamente todos los partidos. La semana pasada, el fiscal Rodrigo Janot reveló una lista de 50 políticos presuntamente implicados en el escándalo, que incluía a los presidentes del Senado, Renan Calheiros, de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, varios ex ministros de Rousseff y congresistas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

Según el cambista Alberto Yousseff y el ex director de Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa, que delataron el funcionamiento de la red de corrupción a cambio de la reducción de sus penas, los desvíos de Petrobras eran realizados por ellos mismos, por importantes constructoras brasileñas, y por el tesorero del Partido de los Trabajadores (PT), João Vacari Neto.

El analista Petros recuerda que Petrobras también está siendo investigada en Estados Unidos y cita las cuentas suizas de la «Lista Falciani», en la que figuran políticos y empresarios brasileños, como un factor que empaña la credibilidad de Rousseff. «Esas informaciones también implican a la oposición, y no permiten un gran acuerdo interno, explica. Por otro lado, el analista señala que escándalo tiene repercusiones económicas y habría provocado la perdida de la credibilidad del país en foros financieros internacionales.

Discurso televisado

La gota que desbordó el vaso fue un discurso televisado de Rousseff el pasado domingo, en el que pedía la «comprensión» de los brasileños frente a tanto escándalo y el apoyo en el ajuste económico que el país necesita realizar. La respuesta fue exactamente lo contrario: un ensordecedora cacerolada y la convocatoria de una gran protesta popular para este domingo.

«Estamos frente a un escenario bastante previsible, pues sabíamos que un día esto iba a pasar, pero muy imprevisible desde el punto de vista de lo que esto puede provocar», dice Petros, recordando el desgaste del PT después de doce años y tres Gobiernos. Ni los aliados ni la oposición parecen estar realmente interesados en un impeachment, pero es difícil calcular el efecto que tendrán las protestas.

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