Manuel Valls, modelo de integración a la francesa
El primer ministro defiende en una entrevista que el modelo francés de integración ha funcionado y funciona con eficacia
Manuel Valls, primer ministro, responde a los ataques de la extrema derecha en cuestiones de inmigración, presentándose a sí mismo como un ejemplo canónico de integración feliz, entre otras personalidades que han llegado a la cumbre del poder político siendo hijos de inmigrantes pobres.
El suplemento de fin de semana del diario Le Parisien consagra su portada y una docena de páginas a contar la historia familiar de Manuel Valls, hijo de Xavier Valls, uno de los grandes pintores figurativos españoles del último medio siglo.
Manuel Valls declara a Le Parisien: «Tomé la decisión de adoptar la nacionalidad francesa a los veinte años, cuando varios policías me interrogaron, en una comisaría, por mis orígenes y las ideas de mis padres. Tantos años después, he hecho carrera política. Y el presidente de la República me nombró primer ministro. Creo que soy un buen ejemplo de integración feliz. Pero no soy el único».
A continuación, Valls recuerda otros casos bien conocidos de hijos e hijas de inmigrantes que han triunfado en la política francesa.
Nicolas Sarkozy nombró ministra de Justicia a Rachida Dati, hija de padre albañil, marroquí, iletrado y musulmán piadoso. François Hollande nombró ministra de la Educación a Najat Vallaud-Belkacem, hija de inmigrantes marroquíes, musulmanes piadosos.
La actual ministra de Cultura, Fleur Pellerin, nació en Corea. La actual ministra de Justicia, Christiane Taubira, es negra de la Guayana, antigua independentista radical.
Valls recuerda esos casos, entre otros, para mejor subrayar que, en verdad, a su modo de ver, el modelo francés de integración ha funcionado y funciona con eficacia, incluso si Francia tiene unos 700 guetos urbanos donde los conflictos multiculturales son el pan nuestro de cada día.
Hace semanas, el mismo Valls denunció la existencia de zonas de «apartheid» en muchos guetos urbanos. Y ha lanzado un plan de integración social, política y cultural para intentar combatir los embriones de «guerra civil étnica» en los suburbios franceses. Pero estima que la cultura y la educación pueden ser las mejores herramientas para modernizar y adaptar el modelo francés a un mundo que cambia de manera inquietante, en ocasiones.
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