Confusión en torno a la investigación del asesinato de Nemtsov

Surgen otra vez las conjeturas sobre la salud de Putin

Confusión en torno a la investigación del asesinato de Nemtsov afp

rafael m. mañueco

En la investigación del asesinato del líder opositor ruso, Borís Nemtsov , tiroteado a pocos metros de la muralla del Kremlin el pasado 27 de febrero, no sólo se observa una ausencia total de transparencia, algo habitual en Rusia cuando se trata de crímenes cometidos contra los que critican al régimen, sino también un intento deliberado de confundir a la opinión pública.

La agencia rusa Rosbalt aseguró el lunes que el ex oficial de las fuerzas especiales de la Policía chechena, Zaúr Dadáev, uno de los cinco detenidos actualmente en relación con la muerte de Nemtsov, confesó ser el organizador, autor material y cerebro del atentado. El resto de los arrestados habrían sido meras comparsas que él reclutó para llevar a cabo el homicidio. Los medios de comunicación proclives al Kremlin concluían que el caso está ya esclarecido y que no cabe esperar que exista nadie, salvo el propio Dadáev, que haya movido los hilos desde las alturas ordenando dar muerte al político opositor ruso.

Toda esta teoría, no corroborada en ningún momento a nivel oficial, la echó abajo el diario «Moskovski Komsomólets». Según las informaciones obtenidas por el rotativo ruso, Dadáev se desdice completamente de su confesión inicial porque, sostiene, la hizo «bajo tortura».

«Me han tenido dos días atado con esposas, grilletes en los pies y una bolsa de plástico en la cabeza. Me gritaban todo el tiempo: ¿Mataste tú a Nemtsov ? Y yo contestaba que no», habría manifestado el principal sospechoso de acuerdo con lo publicado por «Moskovski Komsomólets». «Por la radio dicen de nosotros cosas terribles. Creía que al llegar a Moscú podría contarle la verdad a la jueza, decirle que no soy culpable. Pero ella ni siquiera me dejó hablar», asevera.

Andréi Bábushkin, miembro del Consejo de Derechos Humanos de la Presidencia rusa, confirmó que «presentan señales de tortura» tres de los cinco detenidos, entre ellos Dadáev. Sin embargo, lo declarado por Bábushkin fue desmentido por la llamada Comisión de Vigilancia de los derechos de los presos. El responsable de éste órgano, Antón Tsvetkov, así lo relató.

«Impedir que sea imparcial»

Por si no hubiese suficiente desconcierto, el Comité de Instrucción anunció después que investigará a Bábushkin y Eva Merkachiova, la autora del artículo de «Moskovski Komsomólets», por tratar de «influir en las pesquisas con el objeto de impedir que la investigación sea imparcial y exhaustiva». La guinda la puso por la tarde la agencia Interfax al afirmar que la Justicia rusa "no tiene todavía constancia escrita de la rectificación de la confesión" de Dadáev.

Mucho más fiable, el bisemanario ruso «Nóvaya Gazeta», en donde trabajó la periodista asesinada, Anna Politkóvskaya, iba mucho más allá. Según informaciones propias a partir de un informe elaborado especialmente para el presidente Vladímir Putin , la publicación cuenta que existe «una fuerza» asentada en sectores de las fuerzas de seguridad chechenas con «padrinos» de alto nivel en Moscú.

Se trataría de un grupo de «patriotas rusos» cansados de esperar a que los «enemigos del país sean liquidados», en referencia, no sólo a Ucrania, sino también a la oposición rusa, a la que consideran una «quinta columna». En el informe al que hace referencia «Nóvaya Gazeta» se advierte que hay elaborada desde hace tiempo una lista de personas a matar, entre ellas, además de Nemtsov, al director de la radio Eco de Moscú, Alexéi Venedíktov, el ex patrón de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, y la hija del que fue alcalde de San Petersburgo, Ksenia Sobchak.

Esa formación «patriótica» que pide a Putin más resolución en la lucha contra los enemigos tiene enfrente, al parecer, al FSB, los servicios de inteligencia rusos, al Comité de Instrucción y al Ministerio de Interior. Según "Nóvaya Gazeta", esos radicales exigen al jefe del Kremlin que decida de una vez en qué lado está.

A todas estas conjeturas se unió ayer una más: la posibilidad de que Putin se encuentre enfermo. Fuentes del Gobierno de Kazajstán dijeron ayer a la agencia Reuters que el presidente ruso ha cancelado una visita prevista para hoy a Astaná por motivos de salud. El periódico económico RBK decía en su web que Putin no ha vuelto a aparecer en público desde el pasado día 5. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, asegura que Putin se encuentra perfectamente.

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