¿Por qué EE.UU. no consigue contrarrestar la propaganda del Estado Islámico?
El EI tiene vídeos de decapitación. El CSCC norteamericano no los hace. Las imágenes de decapitaciones son tan impactantes como repugnantes, y por esto mismo, se convierten en virales en la red
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Los yihadistas del Estado Islámico (EI) publicaron ayer su último vídeo. A última hora de la tarde, la red social Twitter se inundaba de las imágenes lanzadas por los terroristas en las que se podía ver a un niño, ataviado como cualquier guerrero de Alá que se precie, disparando a un presunto espía del Mossad israelí . El último capítulo de la serie propagandística del terror llegaba a los ordenadores y smartphones de medio mundo. Justo lo que pretende el EI y contra lo que lucha Estados Unidos.
El vídeo muestra cómo el agente del Mossad es acompañado al lugar de su ejecución por un yihadista adulto y un niño. El menor se sitúa frente a un Musalá arrodillado y esposado y le dispara en la frente. La víctima cae y el verdugo le propina varios disparos para asegurar su muerte.
«Estamos en guerra, y media batalla está en los medios», dijo en 2005 Ayman al Zawahiri, entonces número dos de Al Qaida, a propósito de una decena de vídeos de decapitaciones publicadas por la red de Abu Musab al-Zarqawi, «el Jordano» y líder de Al Qaida en Irak. Zawahiri denunció que estos vídeos podían alienar a los musulmanes.
Zarqawi murió en un ataque aéreo de EE.UU. en 2006, pero su legado de yihad sectárea e hiperviolenta plantó las semillas de lo que es hoy el Estado Islámico , descendiente directo de Al Qaida en Irak.
«Los medios son más de la mitad de la batalla» también pasa a ser el lema del Centro de Comunicaciones Estratégicas de Contra-terrorismo (CSCC, por sus siglas en inglés), agencia fundada en 2010 para contrarrestar la propaganda yihadista en la red, según recuerda « The Atlantic ».
Esta cita aparece en la diapositiva de PowerPoint de todas las presentaciones CSCC, según Alberto Fernández. Junto a esta frase, otra tomada de la supuesta autobiografía del yihadista estadounidense Omar Hammami, quien hasta su muerte en 2013 fue líder de la banda yihadista Al Shabab, rama somalí de Al Qaida: «La guerra de las narraciones se ha vuelto aún más importante que la guerra del napalm y cuchillos».
Pero para «The Atlantic» el CSCC, tal como está ideado, se encuentra en clara desventaja. El EI tiene videos de decapitación. El CSCC no los hace. Los vídeos de decapitaciones son tan impactantes como repugnantes, y por esto mismo, se convierten en virales en la red. Se adaptan perfectamente a la sociedad del espectáculo en la que vivimos, en la que lo macabro se convierte en fascinante. Un día a día repleto cada vez de más imágenes a partir de los canales de noticias 24 horas.
Como escribe Loretta Napoleoni en su último libro, «El fénix islamista», el Estado Islámico sabe apreciar el poder de la propaganda del miedo, y ha hecho gala de su maestría utilizando las redes sociales. «Que el miedo es un arma de conquista mucho más poderosa que los sermones religiosos es un hecho que Al Qaida no supo entender».
El Estado Islámico tiene un discurso mucho más demoledor que la contrapropaganda de la agencia norteamericana, que apela más a la razón y menos a las emociones.
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