Sócrates hipoteca desde la cárcel su piso de lujo en Lisboa
El ex primer ministro socialista, en prisión preventiva desde noviembre acusado de tejer una compleja red de corrupción, acaba de hipotecar su vivienda por 250.000 euros
¿Puede cualquier ciudadano portugués formalizar una hipoteca desde la cárcel? Respuesta negativa… salvo que se trate de José Sócrates. Es lo que acaba de suceder en Portugal.
El ex primer ministro socialista, en prisión preventiva desde noviembre acusado de tejer una compleja red de corrupción , acaba de hipotecar su piso de lujo en el centro de Lisboa (calle Brancamp, en pleno corazón financiero) por 250.000 euros.
La operación, fraguada el pasado 15 de enero a través de los emisarios del «Zapatero luso» desde su celda, tiene en el otro lado de la balanza a la Caixa Geral de Depósitos, que no ha guardado los protocolos pertinentes para requerir las garantías de devolución del péstamo.
No está claro si ha existido o existe alguna contrapartida, pero lo que si es cierto es que a esa misma entidad bancaria solía recurrir el propio Sócrates cuando se encontraba en el poder. Por ejemplo, les solicitó 75.000 euros para la adquisición de la vivienda y, posteriormente, 120.000 para «estudiar» en París. Las especulaciones están, pues, servidas.
Interrogado por las circunstancias excepcionales que rodean el caso, el abogado Joao Araújo ha rechazado hacer comentarios en virtud de que «es algo que pertenece a la esfera privada de mi defendido».
En similares términos, la Caixa Geral de Depósitos apela al «secreto de sumario», mientras está fuera de toda duda que la hipoteca ha sido constituida a través de una persona de confianza del antecesor de Passos Coelho, hoy acuciado por la necesidad de liquidez.
De hecho, los 18 millones de euros desviados a través de su testaferro, Carlos Santos Silva, están requisados y otra hipoteca, firmada por Sofia Fava (ex mujer del político detenido) por valor de 750.000 euros, registra numerosos retrasos.
Esa falta de liquidez es lo que precisamente argumenta el anterior primer ministro para, según su abogado, negar que exista riesgo de fuga, tal como determina el juez.
Fado portugués en clave político-financiera, con la espada de Damocles del blanqueo de capitales y el fraude fiscal como telón de fondo en un caso que tiene aún muchos giros turbios que dar, probablemente.
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