La Cámara de Diputados italiana aprueba la reforma del Senado
La Cámara alta tendrá 100 senadores, con poderes limitados a los entes locales. Renzi celebra eufórico el visto bueno a una de sus propuestas estrella
«Italia será un país más libre y más justo». Con esta frase, llena de euforia y optimismo, celebró ayer el primer ministro, Matteo Renzi la aprobación por parte de la Cámara de Diputados de una polémica reforma del Senado y del Título V de la Constitución, capítulo este último que supone una reducción de las competencias de las regiones. Con 357 votos a favor y 12 contrarios, la Cámara Baja ha acabado con el «bicameralismo perfecto», que ralentizaba mucho la promulgación de leyes, pues cualquier texto, para convertirse en ley, debe recibir siempre el visto bueno del Senado y de la Cámara de los Diputados. Basta cualquier enmienda en una de las dos cámaras, para que el texto sea sometido de nuevo a la otra. De hecho, ahora la reforma vuelve al Senado, donde recibió la primera luz verde en el mes de agosto. Después de nuevo tendrá que ser votada en la Cámara de los diputados y a finales de año será sometida a referéndum.
La nueva reforma contiene dos elementos fundamentales: por un lado, el nuevo Senado quedará compuesto solamente por 100 senadores elegidos por los Consejos regionales, con poderes limitados a leyes que se refieran a los entes locales. Por otro lado, la reforma supone un nuevo Federalismo: las regiones dejarán de tener competencias en algunas materias que serán exclusivas del Estado, como, por ejemplo, turismo y energía.
La aprobación de la reforma del Senado supone un gran éxito político para Matteo Renzi, que está ganando claramente la batalla de las reformas, dando además un notable golpe a la izquierda y, sobre todo, a Forza Italia , de Silvio Berlusconi, cuyo partido parece cada día más dividido. El exprimer ministro pidió a los suyos que votaran en contra de la reforma, a pesar de que anteriormente había apoyado el proyecto de Matteo Renzi. Pero la elección del presidente de la República, Sergio Mattarella, candidato propuesto por Renzi sin contar con Berlusconi, supuso la ruptura del pacto que ambos mantenían para las reformas.
En realidad, el primer ministro Renzi ha sabido jugar mejor sus cartas, sacando adelante sus reformas dejando muy divididos a sus adversarios y mostrando que no tiene una oposición que sea considerada alternativa. La enésima demostración de que Forza Italia es un partido fracturado y sin liderazgo la han dado 17 de sus diputados, que han firmado un documento criticando la línea de Berlusconi: «Votaremos en contra de la reforma no por disciplina de grupo, sino por afecto y lealtad», le han escrito a Berlusconi, una motivación que no tiene nada de política.
En definitiva, el voto de ayer confirma a Renzi como un buen estratega para las reformas, pues durante un año jugó con Berlusconi recibiendo sus votos que necesitaba para tener a raya a la izquierda de su grupo, el Partido Democrático; se olvidó por completo de Berlusconi en la elección del presidente de la República y ahora le deja un partido dividido. Para Berlusconi, cansado y envejecido, será difícil recomponerlo.
La Cámara alta tendrá 100 senadores, con poderes limitados a los entes locales