Los griegos, entre la esperanza y el escepticismo
ABC pulsa en las calles de Atenas la opinión del pueblo griego tras los primeros 40 días de Syriza en el Gobierno
Alexis Tsipras y su gobierno llevan ya gobernando seis semanas en Grecia. Los últimos sondeos de la compañía MRB para el canal de televisión star.gr de la semana pasada muestran que el 41% de los encuestados votarían ahora al Partido de la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) frente al 19,2% a los conservadores, pero el 43,3% se muestra «bastante pesimistas» sobre la situación del país. Confianza, escepticismo y cierto pesimismo son las sensaciones que arroja esta encuesta. Sensaciones que se corresponden con los testimonios recogidos a pie de calle por ABC para elaborar este reportaje.
«Chica, este mes me han dado la pensión y he leído que está asegurada la del mes que viene. Mientras me paguen la jubilación y no me la recorten más -hace tres años era de 2.400 euros, hoy es de 1.500-, me basta», afirma el capitán jubilado Ilías Skúrtis, de 75 años, que se muestra práctico y lacónico, como todos los hombres de mar. Se muestra en cierta forma optimista. Sigue acudiendo a un café todos los días y se confiesa un privilegiado pues está bien de salud, no depende de nadie y puede seguir ayudando a su familia.
Algo que otros apenas pueden hacer. Es el caso de Mary Fufópulos, que vive con la pensión de su marido y tiene ciertas dudas sobre las promesas de Tsipras. Con 60 años y en paro, no renuncia a la esperanza de que las cosas mejoren pero sabe que nadie la contratará a esta edad y no cobrará su jubilación hasta los 67 años. Su marido sí que la recibe, aunque recortada (de 1.150 a 805 euros), con lo que viven muy justos y no tienen para pagar la calefacción. «Pensé que este nuevo Gobierno nos ayudaría pero veo que todo se está retrasando y a nosotros no nos llegará nada. Bueno, sí que espero que tengamos que pagar menos impuestos», matiza.
Yorgos Kiúzis, de 59 años, parece más optimista. Y no le falta razón pues es una de las personas que parece podrá recobrar parte de su vida. Realizador de televisión, se quedó en la calle cuando la cadena estatal ERT cerró repentinamente en 2013. Fue despedido e indemnizado. Ahora el Gobierno cumplirá una de las promesas de su programa electoral: reabrir el ente. Aunque antes de las elecciones declaró que aunque volviera a abrir ERT no regresaría, se lo está pensando. Le faltan unos años para jubilarse y ve difícil encontrar un trabajo fijo distinto. Eso sí, ha aprendido a recoger aceitunas del olivar de su suegro y sigue esperando que el gobierno radical «restablezca los derechos de la gente». Kiúzis se muestra paciente con el primer ministro griego: «A Tsipras hay que darle mas tiempo: no se puede cambiar el país en 40 días tras más de 30 años de bipartidismo corrupto».
Panos Ramadanis es un periodista de 36 años en paro. «¿Has visto las estadísticas? Aquí no invierte nadie y no hay trabajo en los medios. Mis antiguos colegas aceptan trabajar horario completo cobrando la mitad solo por no perder su cobertura sanitaria. Antes había sueldos de 3.000 y de 5.000 euros en el sector, ahora todos cobran menos de 2.000 y dan gracias al cielo. No me creo que consigan abrir otra vez ERT, seguro que los europeos no les dejan».
El más pesimista es Lázaros Papageorgíu, un ingeniero y economista de 65 años que está ahora jubilado y preside la ONG Pan y Acción que lleva 19 años alimentando a los más necesitados. «Ya no tenemos fondos. No nos dan tanto las empresas ni las fundaciones. De las 28.000 personas que alimentabamos al año hemos pasado a 15.000 y ahora no sé que haremos. Y se ha cumplido lo que dije: si gana SYRIZA las cosas empeorarán. Se han perdido las mejoras anteriores, y ahora se está perdiendo tiempo. Nadie en el Gobierno había preparado las cuentas para presentarlas a Bruselas. Lo tendrán que hacer hoy y en la práctica no podrán hacer ni un cuarto de lo que prometieron».