Valls anuncia que Le Pen podría ganar la primera ronda de las elecciones de 2017
A doce días de la primera vuelta de las elecciones departamentales, todos los sondeos anuncian una histórica victoria del Frente Nacional, relegando al PS a un tercer puesto
Marine Le Pen y su partido, el Frente Nacional (FN, extrema derecha), se han instalado durablemente en el corazón de la política nacional, inquietando en la misma medida al PS de François Hollande y a la UMP de Nicolas Sarkozy.
Manuel Valls, primer ministro, ha sido el primer líder nacional en anunciar que Marine Le Pen podría ganar la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales (2017), eliminando al candidato socialista (Hollande o Valls) y / o al candidato conservador (Sarkozy o Alain Juppé).
Jean Marie Le Pen, padre de Marine, ya eliminó a Lionel Jospin, primer ministro socialista, en las presidenciales de 2002, precipitando un terremoto político nacional. La presidenta del FN aspira a consumar un vuelvo político semejante en las próximas presidenciales.
Un 58 % de los lectores del diario «Le Figaro» (conservador) estiman, por su parte, que, efectivamente, Marine Le Pen «puede ganar» la próxima elección presidencial. A dos años de esa elección, los sondeos y la vida política pueden dar incontables cambios. Sin embargo, en el caso de Marine Le Pen y el FN, todos los indicadores, a más corto plazo, confirman una tendencia a la alza de la extrema derecha.
A doce días de la primera vuelta de las elecciones departamentales del 22 y el 29 de este mismo mes de marzo, todos los sondeos anuncian una histórica victoria del FN, que pudiera convertirse en el primer partido de Francia, relegando al PS a un humillante tercer puesto.
Los sondeos pueden equivocarse, sin duda. Pero el FN ya se impuso como el partido más votado, en Francia, en las europeas del mes de junio pasado. Hace meses que todos los sondeos insisten en la misma tendencia: el PS relegado a un tercer puesto; y el FN y la UMP disputándose en puesto de primer partido de Francia.
Un pacto perverso
A la derecha, Nicolas Sarkozy se ha inventado el eslogan PSFN, para denunciar un «pacto perverso», que él resume de este modo: «Los electores de la extrema derecha deben saber que votando a Marine Le Pen, en la primera vuelta, están dando la victoria a los candidatos socialistas, en la segunda».
A la izquierda, Manuel Valls ha lanzado una inquietante advertencia para el PS: Marine Le Pen puede ganar en las próximas departamentales, puede volver a ganar en las regionales de finales de año, y, sobre todo, puede eliminar al candidato socialista (¿Hollande?) en las próximas presidenciales. En boca de un primer ministro socialista, se trata de un grito de angustiosa alarma.
Marine Le Pen calla o ironiza, hablando el «hundimiento» del PSUMP. La presidenta del FN estima que Hollande y Sarkozy «son lo mismo». A su modo de ver, el socialismo y la derecha «son siempre más de lo mismo».
Ante el ascenso del FN y su presidenta, en los sondeos, Valls, Sarkozy, el PS y la UMP hacen diaria campaña contra Marine Le Pen y el FN, ofreciéndole la inmensa publicidad de una «mártir» que espera seguir creciendo.
