Syriza

Grecia: Un nuevo plan, las mismas reformas pendientes

El acuerdo con el que Atenas ha obtenido cuatro meses más de solvencia es casi idéntico a los que firmaron Papandreu y Samarás

Grecia: Un nuevo plan, las mismas reformas pendientes AFP

begoña castiella

El primer ministro Alexis Tsípras se mostraba satisfecho. Grecia respiraba después de que los ministros de Finanzas de la zona euro aprobaran el plan de reformas presentado por Atenas para cumplir con las exigencias que le permitieran prolongar el vigente plan de rescate y que mantiene al país a salvo del colapso financiero total. Pese a que desde dentro de su propio Ejecutivo habían surgido las voces críticas con el pacto alcanzado en Bruselas y los reproches de haber incumplido sus promesas electorales, el líder de Syriza se empeñaba en hacer un balance positivo.

El programa representa un balón de oxígeno para el gobierno que obtiene cuatro meses de extensión del rescate y, sin embargo, no hace más que reiterar una serie de reformas que, en su mayoría deberían haberse emprendido hace años. El plan, de hecho, se parece sorprendentemente a lo que intentarion hacer los gobiernos anteriores de Papandreu y Samarás.

Sus objetivos principales adolecen de falta de concreción en las cifras y son los siguientes.

Política fiscal:

Se promete una reforma del IVA. El énfasis está en una pretendida mejora de la recaudación y en perseguir la evasión fiscal. Se creará una base de datos patrimonial con la ayuda de los socios de la UE y de otros foros internacionales con el fin, en teoría de que los mas adinerados contribuyan de forma justa a la financiación estatal. Si se cumple el plan, mejorará además la gestión y transparencia de las finanzas públicas. El organismo encargado de ello deberá ser la Secretaría General de Ingresos Públicos, cuya independencia será reforzada para evitar las interferencias políticas que tanto distorsionaron su funcionamiento en el pasado.

El plan contiene también unos enunciados genéricos según los cuales las autoridades controlarán el gasto público a todos los niveles. Ya se han reducido de 16 a 10 los ministerios y en cada departamento ministerial se han aplicado medidas de contención del gasto. Asimismo, se controlará el gasto sanitario y se seguirán las propuestas de las instituciones europeas e internacionales, incluida la OCDE.

Será objeto de reforma además el sistema de pensiones, en el que se eliminarán los incentivos a la prejubilación y se bonificará el afloramiento voluntario de la economía sumergida. Las autoridades también ponen ahora la lupa recaudatoria en el contrabando de combustible y tabaco.

Estabilidad financiera:

Este es sin duda una de las necesidades críticas de la maltrecha economía griega. Por lo que, si cumple el acuerdo, el Gobierno de Syriza habrá de promover profundos cambios legislativos para asegurar el pago de los impuestos y las contribuciones a la Seguridad Social atrasados. Existirá la posibilidad para el contribuyente de hacerlo mediante pagos aplazados. El plan se contempla a su vez también contempla medidas para evitar los desahucios de las primeras viviendas.

Se utilizará el Fondo Helénico de Estabilidad Financiera para, junto con el Banco Central Europeo, el Mecanismo de Supervisión Único y la Comisión Europea, quede asegurada la estabilidad de un sector bancario bajo sospecha desde el crash de 2009. Otro de los puntos que debería ser de una vez objeto de revisión es ley sobre bancarrota.

Políticas para el desarrollo económico:

La captación de la inversión vuelve a enunciarse como objetivo prioritario. Quedan blindadas las privatizaciones que ya se hayan llevado a cabo en el marco del plan de ajuste, pero se revisarán los proyectos de privatización para mejorar los beneficios que el Estado debe obtener por la enajenación de sus activos. La apuesta es por arrendamientos a largo plazo y «joint ventures».

También en materia laboral hay deberes pendientes desde hace tiempo. La promesa repetida de nuevo es un tipo de convenio colectivo que fomente la competitividad y el empleo. También la de una mejora del entorno empresarial. Otro de los desafíos pendientes es el de la liberalización del ejercicio de las profesiones tradicionalmente reguladas por la mediación de los colegios profesionales.

Crisis humanitaria:

Tan dramático término fue constantemente esgrimido por Syriza en la campaña electoral y en sus primeras semanas en el poder. Tsipras y Varufakis han conseguido plasmarlo en el acuerdo de mínimos con el resto de la Eurozona. Así, para las familias hundidas en la pobreza habrá ayudas concretas, pero sin utilizar dinero, sino otros medios (como cupones de comida). Se prevé dotar estos fines sociales con los recursos que genere la comprometida reforma de la administración publica y la lucha contra la corrupción y la burocracia. Se estudiará además la creación de una «Tarjeta del Ciudadano» que servirá como documento de acceso a prestaciones como el sistema sanitario y el programa de cupones alimenticios

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