Lisboa, segundo mejor destino turístico de Europa
Sólo Burdeos consigue superar a la capital portuguesa como el lugar ideal para hacer una escapada turística en este 2015
Sólo Burdeos consigue superar a Lisboa como el lugar ideal de Europa para hacer una escapada turística en este 2015. La capital portuguesa presume así de una posición privilegiada como foco de atracción para visitantes que buscan, sobre todo, una buena relación calidad-precio.
Aquello de ‘bueno, bonito y barato’ encuentra a orillas de la desembocadura del Tajo su mejor versión en un continente donde los altos precios hacen que la clase media busque destinos más asequibles.
Apuesta cada vez más Lisboa por los cruceros (no necesariamente de lujo) y su oferta de alojamiento se eleva a niveles que casi doblan el número de plazas disponibles hace sólo una década.
Alquilar un apartamento se ha convertido en uno de los negocios más pujantes de la ciudad, catapultada por su animada vida nocturna, la proximidad de las playas y la exquisita gastronomía.
Portugal sigue siendo un gran desconocido para muchos españoles, pero la tendencia se va invirtiendo poco a poco y la crisis lleva a cientos de visitantes a quedarse «aquí cerca», pues la sensación de familiaridad y de ser extraordinariamente acogido se manifiesta en cuanto uno pone un pie en el Chiado, la Alfama o el Bairro Alto.
Engullir un extraordinario bacalao en el Zapata, tomar un cóctel en el Pavilhao Chinês o en el Foxtrot, tomar café en A Brasileira o Panificaçao Mecânica, dejarse ver en la terraza Noo-Bai con vistas al río y al Océano, sumergirse en el bullicio de Cais do Sodré antes de que avance la madrugada, bailar en Lux (una de las mejores discotecas de Europa) al son que marca Rui Vargas… todo un sinfín de actividades proporcionan gran placer y elevan la calidad de vida en el feudo de la ‘saudade’.
Y, por supuesto, el fado, maravillosa banda sonora de cualquier estancia que se precie en el enclave que enamoró a Bruno Ganz en la obra maestra de Alain Tanner, ‘En la ciudad blanca’.
El espíritu de Amália Rodrigues nos acompaña cuando subimos y bajamos las cuestas de la Mouraria. Pessoa nos vigila desde todos los rincones. Eça de Queiroz nos guía desde el más allá para que una simple comida se convierta en una experiencia literaria.
Lisboa, fascinante con su nostalgia a cuestas. ¿A quién puede extrañarle que el gremio turístico no deje de recomendarla? Sus gentes nos terminan de convencer. Melancolía, sí, pero también ganas de vivir.
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