El alto el fuego en Ucrania se mantiene frágil por la amenaza de los dos bandos
Kiev y los prorrusos se acusan mutuamente de romper la tregua en varios lugares
La canciller alemana, Angela Merkel; y los presidentes de Francia, François Hollande; Rusia, Vladímir Putin, y Ucrania, Petro Poroshenko, el llamado cuarteto de Normandía, mantuvieron ayer una conversación telefónica para hacer balance de las primeras horas del alto el fuego que entró en vigor a las cero horas del domingo. Aunque consideraron «globalmente satisfactorio» el cumplimiento de la tregua por ambas partes, en la nota difundida por la Presidencia ucraniana se subraya que los cuatro líderes constataron la existencia de incidentes locales, como en Debáltsevo, que van a requerir una máxima atención para solucionarlos.
También señalaron que, para proceder a la aplicación del resto de los 13 puntos del acuerdo de paz alcanzado en Minsk el jueves, hace falta que el cese de las hostilidades sea «total e incondicional». El cuarteto hizo especial hincapié en la «necesidad de crear condiciones para la labor de la misión especial de observación de la OSCE en Debáltsevo, a fin de verificar el cumplimiento del régimen de alto el fuego».
El análisis que hacía la OSCE, organización a la que corresponde verificar la implementación de cada uno de esos 13 puntos, iba en la misma línea. El jefe de esa misión especial de la OSCE para Ucrania, el turco Ertugrul Apakán, dijo ayer en Kiev durante una rueda de prensa que «en las primeras doce horas, el alto el fuego se ha respetado, con algunas excepciones, en especial en Debáltsevo, Raigorod y Lugansk». Apakán confirmó que efectivamente, según denunciaron las autoridades ucranianas, las milicias prorrusas no permitieron que un grupo de observadores de la OSCE accedieran a la zona de Debáltsevo.
Eduard Basurin, uno de los dirigentes separatistas de Donetsk, que ya el sábado advirtió de que los más de 6.000 militares ucranianos rodeados en el entorno de Debáltsevo no saldrán vivos de allí si no deponen las armas, ayer declaró a la agencia Reuters que en esa zona «podemos disparar cuando nos parezca, es nuestro territorio. Es un terreno interior y nos pertenece».
Donetsk, en calma
Al mismo tiempo, Basurin reconoció que en el resto de las regiones la tregua estaba siendo respetada. Él mismo fue quien acusó a los ucranianos de violar el alto el fuego, justo poco después de haberse declarado, y justificó el empleo de las armas por parte de sus hombres en la necesidad de defenderse de esos supuestos ataques.
Anatoli Stelmach, portavoz del Ejército ucraniano, afirmó que, desde el comienzo de la tregua, «diez veces se produjeron bombardeos de la artillería rebelde sobre nuestras posiciones», la mayor parte de ellas en Debáltsevo. En declaraciones a la agencia rusa Itar-Tass, el portavoz del Gobierno ucraniano, Sviatoslav Tsegolko, señaló que «es demasiado pronto para valorar el cumplimiento del alto el fuego y extraer conclusiones».
Disparos de cosacos
La ciudad de Donetsk, el centro de población más importante en poder de los sublevados, mostró ayer una calma inhabitual después de meses de combates y bombardeos. Sin embargo, en la localidad de Popasna, al norte de Debáltsevo, murieron dos civiles, los primeros en caer tras el comienzo de la tregua. Así lo aseguró Guennadi Moskal, el gobernador legítimo de Lugansk, leal al Kiev. Según sus informaciones, «poco después de medianoche, misiles Grad alcanzaron el centro de Popasna». Los fallecidos fueron un anciano de 87 años y una mujer de 69. Al parecer, los disparos fueron efectuados por una unidad rebelde compuesta por cosacos.
El responsable de la OSCE en Ucrania explicó que actualmente operan 20 patrullas de observadores para vigilar el alto el fuego. Apakán prometió que muy pronto toda la misión de observación contará con 350 personas y emplearán drones y datos obtenidos a través de satélite. Todos los medios necesarios para poder detectar con claridad las posibles violaciones de la tregua estarán a su disposición.