grecia
Los neonazis de Amanecer Dorado, tocados pero no hundidos
La formación radical griega tiene a su líder y muchos de sus responsables en prisión pero ha logrado salir de las pasadas elecciones como tercera fuerza
En los días posteriores a las elecciones del pasado 25 de enero, la sede de Amanecer Dorado en Larissa, en el norte de Atenas, ha permanecido cerrada a cal y canto. Un cristal roto de una pedrada demuestra que el partido no es tan popular como desearía. En el muro de enfrente, dos pintadas: «Abajo la junta de Samarás», equiparando al anterior primer ministro griego con la dictadura militar de los años 60 y 70, y «Libertad para Mijaloliakos », el encarcelado líder de la formación.
Aparentemente, los militantes y cuadros de Amanecer Dorado se han tomado un descanso tras la movilización de las semanas anteriores. El día de la votación se les podía ver, enfundados en sus cazadoras y camisetas negras en actitud intimidatoria, en la mayoría de los centros electorales. Pero ahora, su ausencia de personal incluso en las sedes apunta a las serias limitaciones a las que se enfrenta la organización.
«Lo que hemos visto después de septiembre de 2013, cuando muchos de sus parlamentarios fueron detenidos, es que el partido ya no está tan presente en barrios como el Pireo y otras zonas de Atenas como solía estar antes», explica Vassiliki Georgiadu, profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Panteión y especialista en movimientos de ultraderecha. «Durante las últimas elecciones estuve presente en sus mítines. Ahora ya no hay tantos seguidores como en los años anteriores. Hay muchos signos de debilidad organizativa. En sitios como Tesalónica tenían actividades muy bien organizadas, una vez por semana. Lo siguen haciendo, pero ya no de forma sistemática porque no pueden», comenta Georgiadu a ABC.
Los líderes del partido, sin embargo, han sido capaces de coordinar una campaña electoral desde la cárcel que ha dado resultados: un 6,3 % del total de los votos, lo que les ha permitido mantenerse como la tercera fuerza política del país. «Es una victoria considerable si tenemos en cuenta que no recibimos un tratamiento democrático y en igualdad», declaró su líder, Nikos Mijaloliakos, en un comunicado enviado desde la cárcel.
Menos votos
«No ha sido ni una derrota ni una victoria: Amanecer Dorado ha perdido casi 150.000 votos desde las elecciones europeas de mayo de 2014; el partido también se ha mantenido por debajo de su porcentaje de las elecciones parlamentarias de junio de 2012. Es obvio que Amanecer Dorado ha perdido su dinamismo electoral, pero ha logrado mantener sus votantes dentro de los feudos del partido», opina Georgiadu.
Tras las operaciones policiales contra el partido, lanzadas en 2013 a raíz del asesinato del rapero antifascista Pavlos Fissias a manos de un militantes de Amanecer Dorado, las agresiones violentas contra inmigrantes y miembros de otros grupos políticos casi han desaparecido. Para Georgiadu, de no haberse producido las redadas, su éxito electoral habría sido muchísimo mayor.
«En los medios de comunicación vimos un montón de evidencias sobre sus actividades, datos incontestables. Mucha gente no lo sabía, gente que a lo mejor no tenía clara su opinión sobre el partido, pero se han dado cuenta de lo que eran capaces de hacer con las armas, de que los argumentos sobre el peligro de las milicias no era retórica de la izquierda», dice esta experta. «Hay muchísima gente que ahora sí cree que Amanecer Dorado es una organización violenta con una milicia», afirma.
Pero los 17 escaños parlamentarios obtenidos por el partido son la prueba objetiva de que hay alrededor de cuatrocientos mil votantes griegos que, o bien siguen creyendo que las acusaciones contra esta formación son parte de una «campaña de desprestigio», como asegura Mijaloliakos, o son verdaderos partidarios de este grupo neonazi. Al parecer, Amanecer Dorado ha llegado para quedarse.
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