Una fuerza internacional de 7.500 soldados para frenar el avance de Boko Haram

La Unión Africana propone el operativo ante la incapacidad del Ejército de Nigeria para frenar las últimas matanzas del grupo yihadista

EDUARDO S. MOLANO

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha dado su apoyo a la creación de una fuerza internacional compuesta por cerca de 7.500 soldados para frenar el avance del grupo yihadista Boko Haram.

«Doy la bienvenida a la decisión de centrarse específicamente en esta seria amenaza», aseguró Ban, durante la vigesimocuarta asamblea ordinaria de la Unión Africana (organización que propuso la medida) celebrada en la capital de Etiopía, Adis Abeba. El contingente deberá ahora ser aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para su despliegue en territorio africano.

En el último mes, las matanzas registradas al noreste de Nigeria, en especial la ocurrida en la localidad de Baga, donde se estima perdieron la vida cerca de dos mil personas , ha demostrado la incapacidad del Ejército local para frenar al grupo yihadista.

Y no solo por los problemas internos de la tropa (en diciembre, un tribunal marcial condenaba a la pena de muerte a 54 militares que se negaron a recapturar tres ciudades tomadas por los radicales. Los soldados aducen que no contaban con armamento ni munición).

Ayuda insuficiente

A mediados de noviembre, el embajador de Nigeria en Washington, Ade Adefuye, reprochaba el escaso apoyo recibido en su lucha contra la milicia islamista de países como Estados Unidos.

«Los terroristas amenazan nuestra existencia y nuestra integridad territorial. No sirve de nada que se nos dé un apoyo que nos permita dar leves golpes a los terroristas cuando lo que necesitamos es darles un golpe mortal», aseguraba.

Curiosamente, solo un mes después, EE.UU. a través de su embajada en la capital nigeriana, Abuya, anunciaba el fin de su misión de capacitación de tropas que mantenía en el país africano. Entonces, asesores del Departamento de Estado se encontraban en territorio nigeriano con el fin de ayudar a localizar a las 200 estudiantes secuestradas por Boko Haram  a mediados de abril.

Pese a que ninguno de los  actores   involucrados ofreció razón oficial alguna sobre el porqué de este abandono militar frente a Boko Haram (como no ocurre, por ejemplo, frente al Estado Islámico), la actuación del Ejército local es cierto que siempre provocó ciertas dudas éticas. En este sentido, a finales de 2012, Amnistía Internacional denunciaba las «graves violaciones de derechos humanos» en la guerra contra la milicia islamista Boko Haram.

En el informe -«Nigeria: Trapped in the cycle of violence»-, la organización condenó entonces la detención arbitraría sin cargos de «cientos de personas acusadas de vínculos con Boko Haram», así como «las ejecuciones extrajudiciales o desapariciones forzosas» llevadas a cabo por las fuerzas armadas.

De igual modo, recordaba a las dos partes en conflicto que «hay un círculo vicioso de violencia actualmente en Nigeria» y «el pueblo nigeriano está atrapado en medio».

«La situación actual es muy preocupante debido al aumento de la violencia y a los continuos ataques en el noreste de Nigeria y en la cuenca del lago Chad», reconoce ahora la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma.

El conflicto, ciertamente parece internacionalizarse . Solo en el último mes se ha producido, por ejemplo, el secuestro de hasta 80 personas  (entre ellas, al menos 50 menores) en Camerún por parte de la milicia yihadista, así como diversos enfrentamientos en las fronteras de Níger y Chad, país que ya ha enviado un destacamento militar a su Estado vecino.

Una fuerza internacional de 7.500 soldados para frenar el avance de Boko Haram

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