Gobierno en Grecia: Extraño matrimonio de conveniencia entre dos extremos

Los analistas políticos griegos creen que la nueva coalición no tiene mucho futuro

Gobierno en Grecia: Extraño matrimonio de conveniencia entre dos extremos reuters

begoña castiella

Grecia ya tiene primer ministro y hoy tendrá un nuevo gobierno, fruto de la elección del radical Alexis Tsipras, que ha escogido formar coalición con un partido minoritario de derecha, de carácter populista y fundado en el 2012. Y lo ha tenido que hacer al no haber alcanzado mayoría absoluta en el nuevo parlamento, quedándose en el umbral con 149 escaños, dos menos de los necesarios.

Syriza no tiene mucho que ver con el partido de los Griegos Independientes pero sí hay un punto que les une: el rechazo frontal a los programas de recortes, ajustes y despidos que Grecia ha tenido que ir aplicando para disminuir su gigantesco aparato estatal.

Los Griegos Independientes aportan suficientes escaños, trece, como para tener una mayoría absoluta confortable, que no peligrará en ningún momento, en ninguna votación. A la hora de la verdad, se trata de un partido al que votaron algo menos de 300.000 personas, poco comparado con los más de dos millones que eligieron a la coalición de la izquierda radical, Syriza.

Su líder, Pános Kamenos se presentó ayer por la mañana para negociar con Alexis Tsipras y salió triunfal, anunciando que ya había Gobierno. Y ahora los Griegos Independientes no se pueden volver atrás ni aunque se peleen a muerte con los radicales. Porque aunque provienen de Nueva Democracia, no podrán regresar nunca a este partido ya que no apoyaron sus posturas ni cuando era parte del Gobierno de Lucas Papadimos ni bajo el mandato de Andónis Samarás como primer ministro. Tampoco podrán ir más hacia la derecha (porque entonces serían asociados con Amanecer Dorado, el partido neonazi).

Anticlericalismo

Para los analistas políticos está claro que la nueva coalición no tiene mucho futuro, pues ven difícil la convivencia de los populistas de derecha con los radicales que fueron todos comunistas en su juventud. El primer ejemplo lo veremos enseguida: Tsipras ha jurado su cargo como primer ministro y no lo hizo sobre los Evangelios y ante el arzobispo de Atenas. Posiblemente haga lo mismo la mayoría de su gobierno.

Kamenos, por su parte, es un griego tradicional que muestra su religiosidad y su nacionalismo con celo y en cualquier acto público, manteniendo un contacto personal muy amistoso con el clero ortodoxo. Los radicales hasta hace nada eran abiertamente contrarios a la hegemonía de la Iglesia Ortodoxa en la vida política y social griega, partidarios no solo de la separación entre Iglesia y Estado, sino de que la Iglesia Ortodoxa (el mayor terrateniente del país con unas finanzas totalmente opacas) pagara muchos más impuestos.

Otro punto de discordia

El otro punto que parece ya polémico es el de las fuerzas armadas y la inmigración. Kamenos protege y defiende a las fuerzas armadas griegas, que sufren ahora recortes tanto de sueldo y jubilaciones como de material; así como a los policías y guardacostas. Son quienes luchan contra los inmigrantes ilegales, esos que siempre defendían hasta ahora los radicales en la oposición, partidarios de darles documentos legales a todos y de abrir las fronteras (y especialmente la valla de 10 kilómetros de largo en la frontera por tierra con Turquía, bordeando el río Evro).

«No gobernaremos con chantajes», afirma Kamenos

Ya se ha filtrado que Kamenos quiere participar en el Gobierno de Tsipras y que le gustaría tener la cartera de Defensa o la de Orden Público. Ha dejado claro que su partido dará su apoyo durante el voto de confianza en el parlamento y durante la elección del nuevo presidente de la república. Y ha insistido en que «no gobernaremos con chantajes, sino con posturas políticas honorables y públicas».

Kamenos ha dejado bien claro a los griegos en general y a quienes le votaron que esta cooperación entre su partido y los radicales se efectúa «a pesar de nuestras diferencias ideológicas», porque esta colaboración tiene como meta la creación «de un frente común».

Les une el estar en contra de los programas de reforma para reducir el Estado griego, hacerlo más eficaz y sobre todo más barato. Les une querer llevar ante tribunales especiales a quienes manipularon las estadísticas sobre la deuda publica griega. Les une en principio la misma política con respecto a Chipre, claramente nacionalista. Les une su antipatía hacia Yanis Sturnáras, el Ministro de Finanzas del Gobierno de Samarás que ha sido elegido ahora gobernador del Banco de Grecia.

Pero este partido pequeño de derecha nacionalista dará estabilidad por el momento al país y servirá para que puedan tomarse rápidamente decisiones. Otra cosa es que ni en el fondo ni en la forma sean parecidos: pero parece que el interés nacional prima en este momento y tanto Tsipras como Kamenos harán un esfuerzo para entenderse.

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