La socialdemocracia griega se hunde en la irrelevancia

En octubre de 2009 los griegos otorgaron la mayoría absoluta al Pasok con el 43,92% de los votos y más de tres millones de votos. Un lustro después poco queda en Grecia de la socialdemocracia tradicional, del centro izquierda clásico que fue pilar fundamental de la democracia resultante tras la dictadura de los coroneles.

En el terreno político es el gran perdedor de la crisis griega. Cuando el primer ministro Yorgos Papandreu asumió la dirección del país fue el encargado de afrontar y comunicar a sus socios europeos que la Grecia de las cifras no era la Grecia real. Unas cuentas públicas falseadas por el Gobierno anterior abonaron al país a un primer rescate que solo era el comienzo de una larga travesía por el desierto.

En las elecciones de ayer, el Pasok apenas alcanzó el 5% de los votos, perdiendo incluso la condición de fuerza bisagra y reelegado a un rol futuro en el que la desintegración ya no es vista como una posibilidad irreal.

Hace apenas tres semanas se escenificaba lo que ya entonces pudo anticiparse como una escisión letal en el socialismo griego . Tras cerca de tres años de retiro, Papandreu inauguraba el año anunciando la creación de un nuevo partido, con el nombre «Movimiento de los Socialistas Democráticos», porque el país «necesita un cambio progresista, contra los conservadurismos de derecha y de izquierda» y «líderes que luchen por los intereses del país sin pensar en su beneficio personal».

En una entrevista con ABC, el líder del Pasok, Evangelos Venizelos, lamentaba que el nuevo partido de Papandreu no iba a hacer otra cosa que dividir el voto e indirectamente favorecer a Amanecer Dorado , que finalmente fue la tercera fuerza. Y es que suponiendo que los votantes de Papandreu hubiesen votado a su antiguo partido, este habría alcanzado en torno al 8% de los votos y habría sido tercera fuerza. Resultado igualmente pobre para un partido que gobernó, pero que habría disimulado el descalabro. La última aventura de Papandreu ha acabado por debajo del 3% de los votos y fuera del Parlamento, a la vez que ha restado apoyos al Pasok hasta dejarlo como sexta fuerza política.

Desde 2012 Grecia se ha convertido en el primer y por el momento único país de Europa en el que el socialismo tradicional, el que abraza la bandera de la socialdemocracia, se ha visto sustituida en el espacio político por fuerzas con origen a su izquierda. Syriza ha engullido al PASOK y ha dejado a un partido que gobernaba hace apenas tres años como sustento de los conservadores en la coalición de Gobierno. Con el Pasok murió el viejo bipartidismo griego. Syriza y Nueva Democracia, derrotado pero resistente, inaugurarón en 2012 un nuevo modelo en el que dos partidos siguen siendo predominantes. Cambio de roles.