Putin se aparta cada vez más de los eventos internacionales

El presidente ruso no asistirá a la conmemoración de la liberación de Auschwitz

Putin se aparta cada vez más de los eventos internacionales efe

rafael m. mañueco

El presidente ruso, Vladímir Putin , cuyo régimen ha convertido la victoria contra la Alemania nazi en una de sus señas de identidad, pese a que aquella gesta no fue solamente obra de rusos, no acudirá a las ceremonias conmemorativas del 70 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz , aunque sí estará presente una delegación rusa encabezada por el viceprimer ministro, Serguéi Ivanov.

Sí lo hizo cuando se celebró el 60 aniversario y también fue el pasado mes de junio a Normandía , al 70 aniversario del desembarco, en donde coincidió con los principales líderes mundiales y tuvo oportunidad de mantener su primer encuentro con Piotr Poroshenko en calidad de presidente de Ucrania .

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, explicó a mediados de mes que Putin no iría a Auschwitz por no haber recibido invitación alguna al respecto. Peskov añadió que «la agenda del presidente ruso es muy apretada».

Sin embargo, el director del Museo Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski, aseguró tras escuchar los argumentos del Kremlin que los 43 países que participan con su donaciones en la conservación del campo, incluida Rusia, recibieron a través de sus embajadas en Varsovia la notificación de que el 27 de enero se celebraría la efeméride y que, los que quisieran asistir, deberían notificarlo. Cywinski insistió además en que no se cursaron invitaciones específicas y que en ningún momento hubo intención de desairar a Putin. Sin embargo, es verdad que la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, invitó expresamente a Poroshenko a Auschwitz.

Indignación rusa

Lo que sobre todo parece haber influido en la decisión del jefe del Estado ruso ha sido el desconsolador estado actual de sus relaciones con Occidente, con Ucrania y con otros países del Este europeo, en especial Polonia y las repúblicas bálticas. Consecuencia de la anexión de Crimea y de la ayuda que Moscú está brindando a los separatistas que combaten contra el Ejército ucraniano en Donetsk y Lugansk.

En este contexto, el ministro de Exteriores polaco, Grzegorz Schetyna, metió el dedo en la llaga cuando declaró que «Rusia no liberó Auschwitz, fueron soldados ucranianos», palabras que provocaron indignación en Moscú.

Efectivamente, según reconocen las autoridades rusas, los primeros que llegaron a las puertas del campo el 27 de enero de 1945 eran soldados del Primer Frente Ucraniano, concretamente de los cuerpos de Ejércitos 59 y 60 de las tropas soviéticas bajo el mando del mariscal Iván Kónev. Sin embargo, en aquellas unidades, presumiblemente, había de todo (ucranianos, rusos, georgianos, moldavos, bielorrusos, uzbekos…).

«Mofarse de la historia»

El Ministerio de Exteriores ruso respondió a Schetyna con un comunicado condenando sus palabras. «Creemos que hay que dejar de mofarse de la historia y, en medio de la actual histeria antirrusa, y también de faltar al respeto a la memoria de aquellos que dieron su vida por la liberación de Europa», lamentaba hace unos días la Cancillería rusa.

En texto de la nota subrayaba además que «es bien sabido que Auschwitz fue liberado por tropas del Ejército Rojo, en cuyas filas combatían soldados de todas las nacionalidades» de la desaparecida Unión Soviética. El Ministerio ruso cree que el jefe de la Diplomacia polaca «no ignora los hechos históricos» sino que ha actuado de mala fe.

En los últimos años, Rusia no ha cesado de criticar la actitud de países como Polonia, Letonia, Estonia y Lituania, que valoran negativamente el papel «liberador» del Ejército Rojo. Putin ha denunciado reiteradamente lo que considera «intentos de reescribir la historia para devaluar el papel de la Unión Soviética en la victoria contra el fascismo».

Las dos últimas citas mundiales de Putin, en Milán en octubre y en Brisbane en noviembre, fueron especialmente tensas y desagradables para él por su enfrentamiento con Ucrania. Hasta el punto de que abandonó Australia de regreso a Rusia un día antes de que finalizara la cumbre del G20.

De quien el presidente ruso sí ha recibido invitación personal ha sido de su colega checo, Milos Zeman, para acudir a las ceremonias organizadas por el Congreso Judío Europeo en Praga y Terezin. Por el momento, no ha confirmado su presencia.

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