EE.UU. y Reino Unido realizarán «juegos de guerra» para prevenir ciberataques
Cameron pide a Obama que presione a Google y Facebook para que permitan controlar mensajes encriptados
Internet ya es una realidad paralela, que a veces hasta semeja más real que el propio mundo físico. Los terroristas lo saben y emplean las redes sociales y las aplicaciones de mensajería para transmitir órdenes de combate y llevar a campo exitosas campañas de proselitismo yihadista.
El Gobierno británico y sus servicios de espionaje se vienen quejando desde hace meses de la falta de cooperación de los gigantes informáticos de Palo Alto a la hora de interceptar los mensajes de los terroristas. Cameron, que a comienzos de esta semana llegó a insinuar que podría prohibir aplicaciones como WhatsApp si no se pueden desencriptar, le va a pedir a Obama, a quien visita estos días, que presione a compañías como Google o Facebook, la dueña de WhastsApp, para que colaboren más con las fuerzas de seguridad.
Las compañías pretextan que deben proteger la intimidad y libertades del conjunto de los usuarios, además saben que a más control menos negocio, porque siempre surgen nuevas plataformas pequeñas que podrían ofrecer el servicio si las grandes se tornan más restrictivas. «Tenemos que ser capaces de interrumpir los contactos de los terroristas a través de internet», esa es la reclamación que repite Cameron.
Maniobras en el ciberespacio
Los presidentes de Estados Unidos y Reino Unido han anunciado además que llevarán a cabo «juegos de guerra conjuntos», algo así como maniobras en el ciberespacio, para prevenir los ataques de los piratas informáticos. La primera simulación se llevará a cabo a finales de año y planteará un ataque al sector financiero, con hackers golpeando al Banco de Inglaterra, a entidades comerciales y al corazón de la City de Londres y Wall Street.
Tras verse con Obama, Cameron lo resumió así: «Del mismo modo que hemos trabajado con Estados Unidos, nuestro más cercano aliado, en las amenazas tradicionales, debemos trabajar juntos para defendernos de las que llegan con los cíberataques. Esa amenaza pone en riesgo nuestros negocios, por eso nos hemos puesto a trabajar a un nivel de cooperación sin precedentes. Queremos estar un paso por delante de quienes planean atacarnos».
La iniciativa llega después del sonado ataque informático contra Sony Pictures, que paralizó inicialmente el estreno de la comedia «La entrevista», donde se parodiaba la muerte del dictador de Corea del Norte, país que se sospecha que impulsó la venganza. Posteriormente, simpatizantes de Estado Islámico lograron colocar sus mensajes en los ordenadores del Comando Central del ejército de Estados Unidos.
En los «juegos de guerra» participarán juntos el FBI y el MI5. Además los dos países han acordado formar a una nueva generación de agentes especializados en esta nueva forma de violencia, no física, pero que también duele.
Tras los atentados de París, David Cameron, embarcado ya en una clara precampaña para las elecciones de mayo, prometió el lunes que si gana los comicios tomará medidas para evitar que se puedan enviar mensajes encriptados a través de aplicaciones como WhatsApp, propiedad de Facebook; iMessage, un servicio de Apple, o Snapchat y Telegram.
WhatsApp mejoró el pasado noviembre su seguridad, creando el llamado sistema de envío «end-to-end», que hace que el mensaje solo resulte accesible para el emisario y el receptor. En teoría, ni la propia compañía puede leerlo. Contra eso se rebela el primer ministro inglés: «Si soy elegido me aseguraré de que haya una legislación bien completa que garantice que no permitimos a los terroristas tener un espacio seguro para comunicarse entre ellos».
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