El oficialismo respalda a Kirchner ante la acusación de encubrir a Irán pero ella guarda silencio
El jefe de Gabinete argentino dice que la denuncia sobre el atentado contra la institución judía AMIA forma parte de una conspiración «internacional»
Actualizado:La noticia de mayor trascendencia para la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, durante sus dos mandatos consecutivos (y el anterior del difunto Néstor Kirchner) tuvo respuesta inmediata entre sus ministros, mientras ella guarda silencio. La acusación del fiscal especial, Alberto Nisman, contra la jefa del Estado -de organizar y tejer una red de encubrimiento a los presuntos autores del atentado terrorista de la mutual judía AMIA a cambio de beneficios energéticos para Argentina- la consideró el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, una conspiración pergeñada por «una alianza» entre «un sector de la Justicia», agentes de inteligencia «desplazados» de sus puestos y representantes de «intereses internacionales contra Argentina».
El objetivo de este plan, según Capitanich, sería tapar las buenas noticias que genera Argentina: «Desde 1993 a la fecha, Mar del Plata está con récord de turistas. No es casualidad la estrategia de imponer agenda mediática para contrarrestar buenas noticias, como este récord de consumo, las acreencias de las reservas… Instalan temas que no tienen asidero para interferir en una agenda positiva» (sic).
Las declaraciones de Capitanich, al día siguiente de la presentación judicial donde el fiscal especial (designado por Néstor Kirchner) solicita tomar declaración indagatoria (como imputada) a la presidenta, al ministro de Asuntos Exteriores, Héctor Timerman y a un grupo de colaboradores, fueron precedidas por las del secretario general de Presidencia. Aníbal Fernández consideró «ridículo lo que está sucediendo», «manotazos de ahogado» de agentes del SI (Secretaría de Inteligencia). Se preguntó «si el Congreso aprobó el tratado (con Irán) ¿por qué no nos llaman a los senadores y diputados que lo aprobamos?».
Pero Nisman no apunta a esa votación que transformó en ley el pacto, sino al plan anterior, desarrollado durante un par de años antes donde presuntamente la presidenta instruye a Héctor Timerman, al diputado Andrés Larroque y al ex miembro del Gobierno y piquetero Luis D Élía para acordar con Teherán ese memorando a cambio de impunidad para los presuntos autores del atentado (con Mohsen Rabbai, ex agregado cultural de la Embajada de Irán, en busca y captura internacional, hasta tratan directamente). Entre las pruebas presenta grabaciones legales de escuchas telefónicas.
Florencio Randazzo, titular de Interior y Transporte y aspirante a suceder a Cristina Fernández en la Casa Rosada, calificó de «ataque vergonzoso e insólito» contra la presidenta la decisión del fiscal y lo consideró «un pase de factura de sectores corporativos que perdieron con las decisiones tomadas en la Secretaría de Inteligencia», recientemente reformada.
Por su parte, Agustín Rossi , al frente del Ministerio de Defensa, habló de «disparate institucional y jurídico». Añadió que «es irracional que el fiscal actúe de esta manera, imputando a la presidenta por ejercer acciones propias de su incumbencia».
Cristina Fernández de Kirchner, entusiasta de las transmisiones en vivo por cadena nacional y de las redes sociales, asistió a un acto oficial en la residencia de Olivos, sonrió para las cámaras pero no pronunció palabra. Tampoco se pronunció de momento la juez María Servini de Cubría, conocida en España por la causa del franquismo y responsable del futuro de la demanda del fiscal Nisman.