Ahmed, Michel y Lassana, los héroes de los atentados yihadistas en Francia

Un policía de origen argelino abatido en el ataque a Charlie Hebdo, el gerente de la imprenta donde se atrincheraron los hermanos Kouachi y un empleado musulmán de la tienda judía de París se enfrentaron a los terroristas o ayudaron a las víctimas

Ahmed, Michel y Lassana, los héroes de los atentados yihadistas en Francia BFMTV

afp/ABC.es

El gerente de la imprenta que se adelantó a los yihadistas para proteger a su empleado, un musulmán que escondió a judíos en la tienda de comida kosher y un policía abatido al llegar al lugar de la masacre de «Charlie Hebdo» son los héroes anónimos en los últimos atentados yihadistas en Francia.

El jueves hacia las 9,30 horas, Chérif y Saïd Kouachi , los dos hombres más buscados de Francia, llegaron en tromba a la imprenta de Danmartin-en-Goële, al norte de París. Desde el interior, el gerente, Michel Catalano , de 47 años, los oyó. «No sabía que eran ellos, pero vi el kalachnikov y un lanzacohetes», explica aún conmocionado a AFP.

Inmediatamente fue a ver a su diseñador gráfico, Lilian Lepère, de 26 años, «para decirle que se escondiera». El joven se ocultó bajo un fregadero en el comedor.

«Llegaban por las escaleras cuando fui a su encuentro. Intenté hablar con ellos para retrasarles, para que Lilian tuviera tiempo de esconderse», recuerda Michel. «Llegué a ofrecerles un cafe. Vi que uno de ellos estaba herido en el codo y le propuse curarlo», relata. Michel solo tenía que una obsesión en la cabeza: « Pensaba en Lilian, que no pudieran encontrarlo ».

Los hermanos Kouachi, que no buscaban apoderarse de rehenes, acabaron por dejar que Michel Catalano se fuera. Lilian Lepère nunca fue descubierto por los yihadistas. Con SMS, dio datos de gran valor a las fuerzas de elite de la Gendarmería, que abatieron a los terroristas durante el asalto, hacia las 17,00 horas.

«No soy un héroe», asegura Michel Catalano , que se queja ahora de ser víctima del «acoso de la prensa», pero su valentía ha sido unánimemente aplaudida. Su ejemplo no ha sido el único en estos tres días de atentados que han conmocionado a Francia y en los que han muerto 20 personas, entre ellas tres yihadistas.

Un musulmán empleado en la tienda judía

En el supermercado kosher de París, un empleado originario de Malí y musulmán practicante, Lassana Bathily , ayudó el viernes a aterrorizados clientes a esconderse en una cámara frigorífica.

Poco antes de las 13,00 horas, Amedy Coulibaly , un delincuente convertido en islamista radical en prisión, actuando en coordinación con los hermanos Kouachi, irrumpió en el establecimiento y disparó contra los clientes con un kalachnikov.

Un grupo de personas, con un bebé, escapó por una escalera situada al fondo del local hasta llegar ante una cámara frigorífica. Allí, Lassana Bathily , de 24 años, les abrió la puerta, según su testimonio a numerosas televisiones . «Oí disparos. Después vi a mi colega y a clientes bajar corriendo. Les dije: ¡venid, venid! Les hice entrar en los congeladores », ha relatado.

Lassana Bathily tuvo cuidado de apagar el sistema de refrigeración y les propuso huir por un montacargas . Pero nadie se atrevió a arriesgarse. Se escapó solo. Sus compañeros fueron descubiertos poco después.

«Di todos los planos» del comercio para ayudar a los policías a preparar el asalto, precisó Bathily.

« Somos hermanos . No es una cuestión de judíos, de cristianos o de musulmanes. Estamos todos en el mismo barco, hay que ayudarse para salir de esta crisis», explicó con humildad el joven. El presidente francés François Hollande le llamó el domingo para felicitarle y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agradeció especialmente a Lassana Bathily la ayuda que prestó a varios clientes para salvarlos en el asalto.

«Je suis Ahmed»

La serie de atentados comenzó el miércoles, cuando Saïd y Chérif Kouachi, vestidos de negro, encapuchados y con armas automáticas, abrieron fuego en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo en París en mitad de la redacción gritando «Allah Akbar» (Dios es el más grande, en árabe).

Entre los primeros policías que llegaron al lugar, Ahmed Merabet fue herido y después fríamente abatido a corta distancia.

A su hermano Malek Merabet aún le persigue la voz de Ahmed, herido, en el suelo, que implora a los terroristas que no le maten según se ve en un vídeo. «Lo oigo todos los días».

Según su familia, originaria de Argelia, Ahmed Merabet era un «trabajador», que tenía como objetivo «subir en la escala social». Tras haber trabajado «en un Mac Donald's, en la SNCF (la compañía nacional de ferrocarriles) y en (el aeropuerto de) Roissy», se apuntó a la carrera policial, que terminó cuando «cayó por la República», según el presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone.

Para rendirle homenaje, internautas y manifestantes han lanzado el lema « Je suis Ahmed » (Soy Ahmed), una manera de recordar también a las víctimas originarias del Magreb en estos atentados cometidos en nombre del Islam para que no se confunda a los musulmanes con terroristas.

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