Se rinde a tropas estadounidenses un presunto alto rango de la guerrilla africana LRA
El Departamento de Estado norteamericano se encuentra pendiente de confirmar la identidad de Dominic Ongwen, comandante de uno de los grupos más sanguinarios de África
Un hombre identificado a sí mismo como Dominic Ongwen, comandante de alto rango del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) -guerrilla acusada de matar, secuestrar y violar a miles de personas en la región de los Grandes Lagos- se ha entregado a las fuerzas estadounidenses, según confirmó el Departamento de Estado.
«Si el individuo resulta ser Ongwen, su deserción representaría un golpe histórico a la estructura de mando del LRA», confirmó la portavoz del organismo, Jen Psaki.
«Los esfuerzos para establecer la identificación plena y positiva continuarán», añadió Psaki, que admitió que el presunto rebelde se encuentra en custodia en una base de la República Centroafricana.
No obstante, la identidad sí fue confirmada por el Ejército de Uganda, país de origen de la milicia.
A comienzos del pasado año, el Gobierno de Estados Unidos enviaba a la región 150 miembros de las fuerzas especiales a Uganda para capturar al líder del LRA, Joseph Kony.
Ya en 2011, EE.UU. desplazó al país africano a un centenar de asesores militares para combatir al líder rebelde, quien tiene una orden de detención del Tribunal Penal Internacional.
Pese a que Caesar Achellam, uno de los principales comandantes del grupo, era capturado en mayo de 2012 y el «brigada Binani», miembro de la guardia personal de Kony, asesinado a comienzos de 2013, la creciente militarización de la región no contribuye al beneplácito civil.
Líder esquivo
En sus más de dos décadas de lucha por «una Uganda gobernada bajo los Diez Mandamientos», el LRA ha asesinado en la región de los Grandes Lagos a cerca de 10.000 civiles. El halo de misticismo que envuelve la figura de Kony es la principal arma utilizada por la milicia para expandir su legado de terror.
En esos veinte años, el guerrillero apenas ha concedido un par de entrevistas, prefiere que sean sus víctimas —a quienes suele cercenar las orejas y los labios— sus improvisados portavoces. Sobre todo desde que hace una década el conflicto se trasladara desde Uganda al cruce de caminos entre República Democrática del Congo, Sudán del Sur y República Centroafricana, donde presuntamente se esconde ahora Kony.
«Durante nuestros encuentros siempre se comportaba de forma correcta. Le hacíamos preguntas y contestaba de forma cortés. Un ser humano como otro cualquiera. Quizá sea éste uno de los mayores dramas», aseguraba recientemente a ABC John Baptist Odama, arzobispo de Gulu y mediador entre el grupo guerrillero y los gobiernos locales