Merkel advierte a los griegos
Grecia, un referéndum sobre el euro
El nuevo año trae un punto de inflexión para la maltrecha economía europea
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Con las cautelas que se quiera, pero sí, el nuevo año trae un punto de inflexión para la maltrecha economía europea, que rompió sus costuras por el sur y que por el sur debe empezar a coserlas. Cuando el antepenúltimo día de 2014 el Fondo Monetario Internacional logró detener con eficacia la enésima sacudida de Grecia a los mercados, al anunciar que congelaba sus ayudas, el recuerdo se nos fue al volcán en erupción con el que el país heleno estuvo a punto de hacer saltar el euro por los aires. Por primera vez en mucho tiempo, los mercados asimilaban el riesgo de un terremoto político en el estado más desaventajado de la Unión. Cuesta hablar en pasado porque hemos visto a Europa asomarse y casi arrojarse al abismo, pero ante las elecciones del 25 de enero Merkel prolonga el aviso del FMI a la Grecia depauperada estos años a ritmo infernal, tan culpable de sus despilfarros como víctima de sacrificios obligados desde el exterior: «Alemania puede dejar caer a Grecia fuera del euro». La advertencia de «Der Spiegel», lanzada por boca de fuentes del Gobierno teutón, puede interpretarse como otra intervención, ahora en la campaña electoral griega, para frenar el avance del populismo de izquierdas, encarnado en la Syriza de Tsipras. Seguro que no será la primera andanada de la Europa oficial que escuchen los votantes helenos.
Pero los griegos ya saben, y no por Merkel, sino por los inversores, que su país ya no amenaza tanto al euro como a sí mismo. Los griegos conocen también que la calma financiera empieza a abrirse paso tras la tempestad en forma de bajas primas de riesgo y financiación de deuda cada vez más barata. La normalización de Europa está llamando a la puerta y desde el sur, y eso supone que un país con un 2% del PIB europeo pierde capacidad de tumbar el euro. La intervención de Grecia, tan criticada desde muchos ámbitos, tenía una ventaja para los griegos de la que empieza a carecer: que unía su destino al del euro en una suerte de tabla de salvación. Desde ahora, los griegos saben qué puede pasarle a su país con un Gobierno que se niegue a pagar lo que debe y reniegue del euro. ¿No es eso recuperar autonomía?