Papandreu aspira a que su partido se convierta en fuerza bisagra en Grecia

El ex primer ministro griego, Yorgos Papandreu , presentó ayer a su nuevo partido, el Movimiento de los Socialistas Democráticos, una escisión del partido socialista, Pasok, que aspira a jugar como fuerza bisagra en el panorama político heleno y que puede ser letal para el socio menor de la actual coalición de gobierno.

Papandreu, antiguo presidente del Pasok, fue recibido en el Museo Benaki de Atenas por una multitud entusiasta que vitoreaba su nombre. Y en su discurso destacó que su partido no es una organización oportunista: «No empezamos de cero, sino desde principios basados en los valores humanistas». Tras criticar la demagogia y el populismo, señaló: «En pocos días decidimos crear un nuevo movimiento que no teme hablar sobre las verdaderas necesidades del país» e insistió en que no se trata de «un partido personalista» sino de «un partido para el pueblo». El país «necesita un cambio progresista, contra los conservadurismos de derecha y de izquierda» y «líderes que luchen por los intereses del país sin pensar en su beneficio personal», insistió.

La declaración fundacional del partido fue sido suscrita por 252 personas, entre quienes figuran destacadas personalidades socialistas del país.

Papandreu, de 65 años, ha sido diputado del Pasok, partido fundado por su padre, desde 1981. Tras su dimisión como primer ministro en noviembre de 2011 (propuso un referéndum que enfureció a los líderes europeos) se ha dedicado a dar conferencias por todo el mundo. Nadie olvida que en 2009 ganó las elecciones con el 43,9% de los votos y 160 escaños, y que después Grecia se vio obligada a aceptar el rescate del FMI y de la UE. En las elecciones generales de 2012 el Pasok bajó al 12,2% de los votos. Y en las europeas de 2014 alcanzó tan solo un 8% y dos eurodiputados.

Los últimos sondeos conceden al Pasok un 6% de la intención de  voto. El nuevo partido de Papandreu, por su parte, podría obtener hasta un 4% de los votos, lo que sería un grave problema no solo para el decadente Pasok, sino también para el partido radical y el movimiento de centro izquierda El Río (To Potami).