Los turistas extranjeros abarrotan las playas tailandesas diez años después del tsunami

Los quince países del Océano Índico afectados recuerdan a las 230.000 víctimas de la tragedia, que también sufrieron miles de europeos

Los turistas extranjeros abarrotan las playas tailandesas diez años después del tsunami efe

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Miles de personas de todo el mundo recuerdan a las 230.000 víctimas del tsunami que este viernes hace justo una década que arrasó costas de quince países del Océano Índico. El 26 de diciembre de 2004, un seísmo de magnitud 9,3 –el más importante desde 1960– se produjo en la costa del oeste de la isla indonesia de Sumatra y provocó olas devastadoras en países de Asia, entre ellos, Indonesia , Sri Lanka y Tailandia, y África. La catástrofé afectó además a miles de turistas extranjeros que habían viajado a estos países para pasar unas idílicas vacaciones, informa France Presse.

Religiosos musulmanes, supervivientes de la tragedia y miembros de los equipos de rescate asistieron en la víspera del aniversario al funeral que reunió a unas siete mil personas en la provincia de Aceh, próxima al epicentro del seísmo. Indonesia fue el país más afectado, con unas 170.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.

«El tsunami causó un gran dolor a los habitantes de Aceh que perdieron a sus familiares», declaró el gobernador de la provincia, Zaini Abdullah, ante la multitud congregada en la gran mezquita de Baïturrahman, uno de los pocos edificios que resistieron al embate de las olas . El gobernador agradeció a los indonesios y a la comunidad internacional su ayuda, que ha permitido que Aceh «se levante».

Olas de 35 metros

Kamaruddin, un pescador de 50 años, explicó que acudía a rezar por su mujer y tres hijos, todos muertos. «Espero que no ocurran más catástrofes en Aceh» , afirmó. En Meulaboh, una población de pescadores complemente devastada por olas de 35 metros de altura, las banderas ondearon a media asta y sus habitantes participaron en oraciones nocturnas.

Las principales conmemoraciones, sin embargo, serán hoy. Empezaron en Aceh –primera región alcanzada por las olas– y continuaron en Tailandia, con una vigilia de velas encendidas en las localidades turísticas de Khao Lak y Phuket. Sri Lanka también tenía previsto recordar a sus víctimas, sobre todo a las 1.500 personas que viajaban en un tren arrasado por el tsunami. Varias capitales europeas programaron actos en memoria de sus víctimas. El Rey Carlos Gustavo de Suecia, por ejemplo, recordó en su discurso de Navidad a las alrededor de 500 suecos que perdieron la vida en la tragedia.

Casi el 70% de los muertos en Khao Lak (Tailandia) eran de origen occidental

Las playas de Khao Lak estaban este jueves abarrotadas de sonrientes visitantes, en la víspera del aniversario del tsunami que causó más de 3.000 muertes sólo en este turístico rincón del oeste de Tailandia. Los turistas disfrutaron de una jornada similar a la de miles de viajeros que aquel 26 de diciembre de 2004 se encontraban en ese mismo lugar, antes de que gigantescas olas convirtieran en un paisaje lunar la costa oeste de seis provincias tailandesas, entre ellas Phang Nga, donde está Khao Lak.

El tsunami causó 5.400 muertos y 2.800 desaparecidos en Tailandia, un número relativamente pequeño si se compara con la zona norte de Sumatra. Pero, a diferencia de otros lugares, los extranjeros representaron una parte importante de los fallecidos en Tailandia. «Casi el 70% de los muertos en Khao Lak fueron personas de origen occidental (...) por ello hubo tanta exposición mediática», rememora Apichat Wonroen, gerente de un complejo hotelero en primera línea de playa.

«Entonces muy poca gente sabía qué era un tsunami y los sistemas de alerta que hay hoy no existían. Si algo parecido volviera a suceder, sería distinto», declaró a Efe Marco Nesta, un turista italiano de 43 años. Los expertos mantienen que la prevención es la más fiable defensa contra el poder destructor de un tsunami.

El Centro Nacional de Alertas de Desastre y Divulgación tailandés tiene instaladas 138 torres y dispone de tres sofisticadas boyas con sensores para detectar la formación de olas gigantes, una cerca de la costa y las demás en el golfo de Marhahan, que comparte con Birmania (Myanmar).

Según las autoridades locales, ante un eventual tsunami, las boyas enviarán una señal a las torres de alerta montadas a lo largo del litoral y en las islas y, en 15 minutos, los canales de televisión, emisoras de radio y agencias de noticias estarán en disposición de informar a la población del país. El sistema de alerta está montado, pero los fondos para su mantenimiento empiezan a escasear, según el subdirector del departamento de Organizaciones Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores de Tailandia, Kanchana Patarachoke.

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