España pasó mensajes a Cuba

Margallo mantuvo contactos con Kerry y su primera reunión en La Habana fue con el cardenal Ortega

España pasó mensajes a Cuba efe

luis ayllón

El Gobierno españolno ha tenido una participación directa en las negociaciones para el acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, pero sí ha seguido muy de cerca el proceso de acercamiento entre Washington y La Habana , con frecuentes contactos con las dos partes, después de dar un claro giro a la actitud que el PP mantuvo en la oposición en los últimos años.

El Ejecutivo de Mariano Rajoy pasó, tras llegar a La Moncloa, de obstaculizar la apertura de negociaciaciones entre la UE y Cuba –que fue bandera opositora frente a la política de José Luis Rodríguez Zapatero–, a esforzarese por convencer a los países más reticentes, como la República Checa, Polonia, Suecia, Alemania o Dinamarca, para que aceptaran el comienzo de la negociación de un Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación.

Esa postura fue apreciada por las autoridades cubanas que, con el tiempo devolvieron el favor a España votando su candidatura a miembro no permanente del Consejo de Seguridad en la ONU.

El Gobierno de Rajoy se adaptó a las nuevas circunstancias, con una Cuba más presente en foros regionales y, sobre todo, porque constató que en Estados Unidos soplaban vientos en la dirección de terminar con una situación de guerra fría con el régimen castrista.

El hecho de que varios ministros de Exteriores europeos, como el francés Laurent Fabius o el holandés Frans Timmermans, viajaran a La Habana, confirmó al Gobierno en su intención de conseguir que España no quedara descolgada ante la creación de un nuevo escenario en Cuba.

Intercambio de visitas

Las conversaciones entre altos cargos españoles y estadounidenses, también entre el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo y su colega norteamericano, John Kerry, incluyeron, con frecuencia, el dossier cubano, de forma que España se hizo una idea bastante aproximada de lo que podía ocurrir.

Por eso, comenzaron los primeros sondeos. En octubre de 2013 se desplazaron a Cuba en sendos viajes los directores generales de Iberoamérica, Pablo Gómez Olea; y de Relaciones Culturales, Itziar Taboada. Meses más tarde, se abrió una procesión de visitas de dirigentes cubanos a España, entre ellos el viceministro de Relaciones Exteriores, Marcelino Medina, quien en junio de este año, transmitió a García-Margallo la invitación de su colega Bruno Rodríguez para viajar a la isla.

El jefe de la diplomacia española concretó el viaje para el 24 de noviembre. Su intención era pasar antes por Washington para hablar con Kerry, pero la complicada agenda de éste lo hizo imposible. No pudo haber contacto personal, pero García-Margallo acudió a La Habana con mensajes concretos de Estados Unidos animando a los cubanos a hacer un gesto que permitiera a Barack Obama dar un paso adelante.

Quizás la publicidad dada a que llevaba esos mensajes hizo que Raúl Castro no le recibiera, proyectando así una sombra sobre los resultados del viaje. Sin embargo, la envergadura de lo ocurrido después ha hecho que García-Margallo pueda mostrarse satisfecho por la fecha que eligió para su visita a la isla, sólo tres semanas antes del histórico acuerdo.

Una visita en la que, no por casualidad, su primera actividad fue una cena en la Embajada española con el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, y varios obispos más.

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