Cuando el envoltorio es un arte

Cuando el envoltorio es un arte

Papel de estraza, lazos, etiquetas, rotuladores, lino reciclado, gomas de colores o un simple folio personalizado con un dibujo, una caligrafía o una dedicatoria. El regalo tiene más encanto si se viste con personalidad

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Papel de estraza, lazos, etiquetas, rotuladores, lino reciclado, gomas de colores o un simple folio personalizado con un dibujo, una caligrafía o una dedicatoria. El regalo tiene más encanto si se viste con personalidad

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  1. Para creativos elegantes

    Este envoltorio le da un toque de glamour al obsequio más sencillo, siempre que este sea un objeto con poco grosor y de forma rectangular; mejor si es blando. Resulta ideal para envolver una camisa, un pijama, un grabado o un libro de gran formato. Hacerlo es muy sencillo: basta con combinar cartulinas blancas y negras para recrear un esmoquin, y poner purpurina en la pajarita y en los botones. Otras variaciones pueden ser el escote de un vestido, una camiseta y hasta un abrigo. Todo depende del destinatario del regalo ( www.depapel.com/es)

  2. Para los amantes del punto

    Hacer punto ya no es cosa de abuelas. Desde hace unas temporadas, tejer bufandas, calcetines, jerseis... se ha convertido en uno de los pasatiempos más recurrentes, sobre todo porque es perfecto para combatir el estrés. La lana, además, es un elemento decorativo sencillo y bonito, que bien puede apañar un regalo de última hora. A una simple caja de cartón, decorada con rotuladores o acuarelas, se le añaden unas tiras de cadeneta de punto de lana que hacen las veces de lazo. Le da al obsequio un toque casero y acogedor. Eso sí, funciona mejor si se opta por hilo de lana de gran grosor y con un tacto áspero, con el contrapunto de una estrella ( www.tricotarencasa.com)

  3. Para rústicos sensibles

    Siguiendo la tendencia de lo natural, otra idea de envoltorio que queda muy bien es el que combina elementos rústicos con otros más refinados. Por ejemplo, esta propuesta, que puede servir para regalos cuadrados de pequeño formato (CDs, DVDs, diarios, libros, una caja con cosméticos...) o en forma de tubo (carteles, calendarios...). Una banda de papel reforzado con un cartón de embalaje, una cuerda de esparto y un detalle más sutil: en este caso, una partitura a la que se añaden cascabeles y un pequeño motivo navideño (como la ramita de acebo; eso sí, siempre que sea de cartulina). El contraste de materiales funciona ( www.rajapack.es)

  4. Para quienes reciclan

    Las bolsas o los grandes sobres de papel (y en especial, los de papel reciclado, papel artesano, papel con semilla) pueden tener una segunda vida. Quedan muy bien los de color sepia, con tacto rugoso y resistentes. Una grapa para cerrar y, como adorno, un motivo navideño que sea divertido. Por ejemplo, esta cara de reno con sus cuernecillos (unas ramas secas o un alambre forrado con tiras finas de espumillón adheridas a los laterales del cierre). Y hasta donde la imaginación llegue: Santa Claus, un Rey Mago, un pastorcillos... Hay cientos de rostros ( www.nattura.com.mx)

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