Ninguna alusión a los 43 estudiantes en la Cumbre Iberoamericana dedicada a la educación
Los grandes ausentes de la cita son Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, inauguró la XXIV Cumbre Iberoamericana sin salir de los temas específicos de la agenda del encuentro: educación, cultura e innovación. Tuvo profusas palabras para la educación, pero ninguna para los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa . Tampoco se refirió a la situación interna del país, ni a la violencia, ni a las protestas desencadenadas a partir de los sucesos de Iguala del 26 de septiembre.
Tras saludar de manera especial a Don Felipe por asistir por primera vez en calidad de Rey a la reunión de jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos, Peña Nieto hizo hincapié, en cambio, en el papel de la cultura en la integración de la región, anunciando: «En esta cumbre nos proponemos vincular la cultura con el desarrollo económico», «para que nuestra cultura se refleje en mejores niveles de vida". También dijo, citando a Gabriel García Márquez, que la educación es el motor del cambio, «la llave que abre la puerta del desarrollo». En este campo, anunció uno de los principales compromisos que saldrán de esta cumbre: «que para 2020, podamos beneficiar a doscientos mil jóvenes con becas».
Antes, intervino Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana, que empezó diciendo que «esta es una Latinoamérica que quiere tener con la Península Ibérica una relación más simétrica, más horizontal, más igual». Grynspan reconoció que la desigualdad y la pobreza siguen siendo los retos más importantes de Latinoamérica, y prometió que trabajarán para que los países de la región puedan «seguir avanzando en la senda del desarrollo». «Soy optimista enfermiza», dijo la secretaria, «y quiero es que esa enfermedad sea contagiosa».
Aparte de las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff, y de Argentina, Cristina Fernández, que habían anunciado que faltarían al encuentro, las grandes ausencias son las de los mandatarios que mantuvieron el suspense hasta el último momento: el cubano Raúl Castro –que nunca ha asistido a una cumbre iberoamericana desde que asumió la presidencia en lugar de su hermano Fidel, en 2008–, el venezolano Nicolás Maduro, el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega –a pesar de haber afirmado el pasado septiembre que sí asistiría.
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