Los motivos detrás de la relación entre Vladimir Putin y Marine Le Pen
La líder de la extrema derecha francesa pidió un crédito de nueve millones de euros a un banco Checo-Ruso cercano al presidente ruso
«El señor Putin es un patriota. Está comprometido con la soberanía de su pueblo». Estas palabras las pronunció de cara a las elecciones europeas del pasado mes de mayo la presidenta del ultraderechista Frente Nacional francés, Marine Le Pen. Pese a que ya han pasado casi seis meses desde que las dijera, en una entrevista con un medio austriaco, están de rabiosa actualidad y sirven para comprender sus vínculos con el presidente ruso.
La noticia saltó la semana pasada: los bancos franceses se negaron a prestar dinero al partido de Le Pen y su líder no dudó a la hora de pedir ayuda a un pequeño banco con sede en Moscú, el Primer Banco Checo-Ruso , quien le proporcionó una cantidad suficiente -nueve millones de euros- como para aliviar la situación financiera del partido. No ha sido el único movimiento entre ambos ya que, tal y como informó el corresponsal en París de ABC, Juan Pedro Quiñonero, la propia Le Pen ha confirmado personalmente haber recibido un «préstamo» de dos millones de euros concedido por un exmiembro del KGB.
Todo ello ha puesto de manifiesto los evidentes y consolidados vínculos que existen entre la derecha francesa y Rusia, factor estudiado, además, por el diario alemán «Bild», que ha publicado un informe elaborado por un centro de estudios ruso con ideas para ampliar la influencia de Putin en los países de la Unión Europea, tal y como informa la cadena británica BBC. En él se recomendaba al líder de Rusia financiar al partido alemán de derecha y euroescéptico AfD con oro ruso. El objetivo es evidente: aumentar la influencia en territorio europeo a base de dinero para solventar el mal momento que se vive con la UE fruto del conflicto ucraniano.
«Putin cree en el poder absoluto del dinero en la política. Por ello, el préstamo al partido de Le Pen sería un simple instrumento para aumentar su influencia en Europa. Llamarlo préstamo es un eufemismo para una transacción de una naturaleza totalmente distinta. El banco no es el prestamista final, sino solo un agente al servicio de Putin. El préstamo solo podía hacerlo un banco con licencia en Europa», explicó a la BBC el politólogo Stanislav Belkovsky.
Con todo, para comprender en qué se basa la influencia rusa en los partidos de extrema o al menos gracias a qué se sustenta y alimenta, hay que analizar la ideología puesto que son muchos los puntos que comparten, tales como la defensa de un modelo de familia tradicional, su oposición a la homosexualidad y el conservadurismo y, además, uno determinante: su idea de Europa.
El punto de inflexión entre los 28 y Rusia es en la actualidad Ucrania. La crisis ha hecho que Putin se quede aislado en el contexto europeo aunque no a todos los niveles, puesto que los líderes de la extrema derecha han mostrado su respaldo al presidente ruso como demostró la propia Le Pen en el momento de celebrarse el referéndum de Crimea: «Es históricamente parte de la Rusia. Si lo que pasó en Kiev fue completamente ilegal en relación con la constitución, con el derrocamiento del Presidente, ¿por qué este referéndum no sería legítimo? Y no nos olvidemos de lo que sucedió en Kosovo también», manifestó entonces. Se terminaban de forjar así unos vínculos que ahora han tenido su recompensa económica para el FN .
De este modo, Putin consigue que surjan voces contrarias a una política exterior europea que, de forma unánime, se oponga a sus planes de expansión. Pavel Bandakov, del servicio ruso de la BBC, ha asegurado que lo que Rusia pretende es «equilibrar» sus intereses en Europa, una región que, junto con Estados Unidos, percibe como «opuesta a sus intereses». «De ahí que se haya aliado con partidos que son profundamente euroescépticos. Putin quiere equilibrar sus intereses en Europa y le conviene que haya más políticos euroescépticos en las instituciones», ha explicado Bandakov.