Dimite el primer ministro de Taiwán por su fracaso en las elecciones locales
El batacazo electoral del partido en el Gobierno amenaza su acercamiento a China, que la oposición percibe como una pérdida de la independencia de la isla
Crisis política en Taiwán tras el batacazo del partido en el Gobierno, el Kuomintang (KMT), en las elecciones locales celebradas el sábado. Tras conocerse los resultados, peores de lo esperados, el primer ministro, Jiang Yi-huah, presentó su dimisión al presidente Ma Ying-jeou, quien anunció una remodelación del Gobierno para los próximos días. “He recibido el mensaje que la gente ha enviado a través de estos comicios. No evitaré mi responsabilidad y ofreceré rápidamente un plan de reforma del partido para responder a las demandas de todo el mundo”, avanzó Ma en una comparecencia pública.
En los mayores comicios locales celebrados hasta la fecha en Taiwán, en los que estaban en juego 22 municipios y 11.130 cargos públicos, el opositor Partido Democrático Progresista (PDP) se hizo con 13 ciudades y condados, mientras que el KMT solo ganó en seis y otra formación independiente en los tres restantes. Haciendo aún más dura su derrota, el partido en el poder perdió dos de sus bastiones: la capital, Taipéi, y Taichung. Especialmente dolorosa fue la pérdida de la capital, donde un candidato independiente apoyado por la oposición, el cirujano Ko Wen-je, de 55 años, se impuso a Sean Lien, que procede de una adinerada familia conectada políticamente al KMT. El ascenso de Ko Wen-je amenaza al partido en el Gobierno de cara a las elecciones generales de 2016, ya que la tradición ha establecido que cada alcalde de Taipéi acabe convirtiéndose en presidente de la isla desde la implantación de la democracia en 1996.
La derrota del KMT refleja el malestar social en Taiwán por el estancamiento de la economía, que ya no crece al mismo ritmo que en décadas anteriores, y el acercamiento del Gobierno a China, que buena parte de la población percibe como una pérdida de soberanía. Desde el final de la guerra civil (1945-49), cuando el Generalísimo del KMT, Chiang Kai-shek, se refugió en Taiwán tras perder ante los revolucionarios comunistas de Mao Zedong, esta isla al otro lado del Estrecho de Formosa ha sido un territorio independiente «de facto», pero solo una veintena de pequeños Estados la reconocen diplomáticamente.
Ante el auge cada vez mayor de China, que es su principal mercado y destino de sus inversiones, el electorado taiwanés se divide entre quienes apoyan la política de acercamiento del KMT y los que temen que esta dependencia económica acabe sometiéndoles a Pekín, como alerta la oposición del PDP. Desde que el presidente Ma Ying-jeou subiera al poder en 2008, ha rebajado la tensión con China provocada por su antecesor, el independentista Chen Shui-bian, quien cumple una condena de 19 años por corrupción. Para ello, el Gobierno del KMT ha firmado 21 importantes acuerdos comerciales con China, que ha rebajado su retórica belicista con Taiwán consciente de que una futura unificación con la isla no vendrá por la fuerza de las armas, sino de la economía.
Ese es, precisamente, el temor de la oposición, que ha explotado entre el electorado el miedo a caer bajo el control del autoritario régimen de Pekín. En marzo, miles de estudiantes ocuparon el Parlamento taiwanés para protestar contra un acuerdo de libre comercio con China que muchos perciben como una pérdida de la independencia de la isla. Alarmado por este resultado electoral, Pekín instó a los taiwaneses a seguir adelante con el acercamiento. En un comunicado, el portavoz de la Oficina de Asuntos para Taiwán del Consejo de Estado, Ma Xiaoguang, confió en que «los compatriotas al otro lado del Estrecho mantengan los frutos tan duramente ganados y continúen avanzando en el desarrollo pacífico de nuestras relaciones».