Carlos Alexandre, el «juez Alaya» de la Justicia portuguesa
El magistrado que ha dejado a José Sócrates en prisión preventiva es responsable de muchos de los procesos judiciales con mayor impacto mediático en Portugal. Representa, para los portugueses, la imagen de la lucha contra la corrupción
Carlos Alexandre parece no tener miedo a nada ni a nadie. Es el «Super juez», el «Juez justiciero», el «Mourinho de la Justicia» o el «Garzón portugués». Se le ha calificado con estos y otros muchos apodos y puede que uno de los más representativos, en estos momentos, sea el de «Alaya portugués». En los últimos años su nombre ha estado asociado al de los procesos judiciales con mayor impacto mediático como el caso Monte Branco o las operaciones Huracán, Portucale, Cara Oculta y BPN. Este año ha detenido a tres personalidades hasta ahora intocables: un banquero, un jefe de policía y un ex primer ministro.
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Hombre discreto, adicto al trabajo, católico, gran aficionado al fútbol (seguidor del Sporting) y a los toros. Ya ha sido amenazado, pero no le ha hecho retroceder en su objetivo, el de acabar con la corrupción. En una ocasión su mujer fue atropellada y en otra, cuando le asaltaron la casa, encontró una pistola junto a la fotografía de sus hijos. Natural de Mação (distrito de Santarém), poco se sabe de su vida privada, y rara vez ha concedido una entrevista. A sus 53 años es el responsable del Tribunal Central de Investigación Criminal (TCIC), también llamado «Ticão», donde llegó en el 2004 y asumió dicho cargo en el 2006, después de pasar por el Tribunal de Sintra. Licenciado en Derecho en Lisboa, pasó también por la Policía Judicial Militar.
Hombre de tradiciones
En su tierra natal, Mação, participa cada año en el rezo cantado, en la calle, del «Rosario de la Farinheira», la noche del Viernes Santo. Es un hombre de convicciones y de tradiciones y de orígenes humilde, hijo de un cartero y de una operadora de fábrica. Allí se dejó entrevistar hace dos años por un amigo, Antonio Colaço, para su blog « Ánimo para convertir los días más llevaderos» . Dice necesitar regularmente un ejercicio de introspección y lo recomienda. A pesar de ser tan mediático se considera un hombre más, «la Justicia no es mía, soy parte de un todo que trabaja en un proceso». Y relata la que es ya una frase célebre, «conmigo la verdad hablará siempre más alto». Fue la respuesta que dio a una persona de renombre que enviaron para vigilar a su equipo durante una diligencia porque pensaba que «cuando el dinero habla, la verdad se calla». Pero Carlos Alexandre parece tenerlo claro, la verdad por encima de todo. También para este blog, años antes, vuelve a hablar con su amigo y le explica que, en materia criminal, «además del conocimiento obvio que tiene que haber es necesario tener coraje, dedicación, disponibilidad (…). Si de alguna cualidad me pueden culpar es la de tener algo de coraje”. Y consideraba necesario dar más poderes a los especialistas judiciales.
Por motivos de seguridad, se mueve acompañado de dos agentes de la policía y cambia de móvil con frecuencia por miedo a que le escuchen. Está en las redes sociales desde 2011, cuando un grupo de seguidores le creó una página de Facebook: «Super Juez Carlos Alexandre» Allí elogian su lucha contra la corrupción. Hubo incluso una petición pública en Internet en la que se pedía que Carlos Alexandre esté al frente de la Fiscalía.
Así es el hombre que detuvo durante unas horas e interrogó, en julio pasado, a Ricardo Salgado, el todopoderoso banquero portugués, de la familia Espírito Santo, en el ámbito de la operación Monte Blanco. Para dejarle en libertad le hizo pagar tres millones de euros de fianza. Ha sido el primer juez que ha detenido y ha mandado a una cárcel (por unos días), a un j efe de policía , el ya ex director del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF), Manuel Palos. Y también el primero que ha detenido e interrogado a un ex primer ministro luso, José Sócrates, y le ha dejado en prisión preventiva para evitar perturbaciones en la investigación.