ESTADOS UNIDOS
La salida del jefe de Defensa, primer cambio en la estrategia antiyihadista de Obama
La dimisión forzada de Chuck Hagel anuncia la nueva hoja de ruta del presidente norteamericano en la lucha contra el Estado Islámico
Llegado a la Casa Blanca para ejecutar una política opuesta a la llevada a cabo por George W. Bush, en realidad Barack Obama ha acabado entrando también en guerra en Irak y, como su antecesor, ha forzado la marcha de su secretario de Defensa para un cambio de estrategia en esa guerra. Bush se deshizo de Donald Rumsfeld a mitad de su segundo mandato, y ahora Obama dice adiós a Chuck Hagel , tras recibir también un castigo electoral en las legislativas de «mid-term».
Noticias relacionadas
Obama y Hagel presentaron este lunes la marcha de éste, tras solo veintidós meses al frente del Pentágono, como una decisión tomada de común acuerdo. Pero los medios estadounidenses insisten en que Hagel esperaba poder «gestionar» sus crecientes diferencias con el presidente, a raíz de la guerra contra los yihadistas del Estado Islámico (EI), y que finalmente ha sido Obama quien le ha abierto la puerta de salida. De esta forma, la guerra contra los yihadistas enIrak y Siria se cobra la primera víctima política en la Administración Obama. Hagel permanecerá en su puesto hasta que se nombre un sustituto.
Derribar a Al Assad podría ser una prioridad de Obama
Republicano contrario a la guerra de Bush en Irak, Hagel fue elegido por Obama para cerrar el capítulo bélico y llevar a cabo la retirada de Afganistán , al tiempo que aplicaba una drástica reducción presupuestaria en el Departamento de Defensa. Pero su cometido cambió este verano con el comienzo de la campaña contra el EI. Al parecer, Hagel era contrario a una extensión de los bombardeos a Siria, al menos sin haber definido antes una estrategia más clara en relación a ese país. El secretario de Defensa se vio atrapado en el tira y afloja que mantienen la Casa Blanca y los mandos militares, quienes siguen sin descartar el envío de algunas tropas de combate sobre el terreno. Fuera del núcleo de asesores más próximos a Obama, cuyos despachos están en la Casa Blanca, a Hagel le costaba hacer valer sus posiciones, frente al mayor peso de Susan Rice , consejera de Seguridad Nacional.
No es la primera vez que surgen tensiones internas por la «microgestión» con la que Obama y su equipo dirigen la Administración, con intervención directa en algunos departamentos saltándose a su responsable. Por ejemplo, Obama llevó muy directamente asuntos del Departamento de Estado, restando protagon ismo a Hillary Clinton, como también le ha ocurrido al sucesor de esta, John Kerry.
El cambio en Defensa sucede cuando la Casa Blanca está revisando la estrategia contra el Estado Islámico, por la poca efectividad de la campaña, y está considerando ampliar las operaciones en Siria. Ya la semana pasada la CNN informó de que Obama podría poner su prioridad en derribar al presidente sirio, Bashar al Assad. Con ello se atendería una demanda de Turquía y posiblemente este país podría enviar entonces tropas a Siria, que actuarían en coordinación con las operaciones aéreas estadounidenses.
Falta de sintonía
La falta de sintonía entre Obama y Hagel se había manifestado recientemente. Llamó especialmente la atención que el Departamento de Defensa le llevara la contraria a la Casa Blanca sobre la cuarentena que está exigiendo a sus tropas que regresan de labores de asistencia en la lucha contra el ébola en Africa . Obama tuvo que aceptar que los militares fueran más estrictos en sus medidas que lo que la Administración estaba imponiendo como política general.
Otra manifestación de que algo estaba ocurriendo es el mayor papel que está jugando el jefe del Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas de EE.UU., el general Martin Dempsey . Obama y Dempsey han mantenido diversas reuniones para concretar la acción en Irak y Siria contra el Estado Islámico, sin la presencia del secretario de Defensa. Hagel estaba manteniendo un perfil bajo.
En una breve comparecencia junto a Hagel para anunciar la marcha de este, Obama indicó este lunes que se trata de un «momento apropiado» para un cambio al frente de Defensa, dado que, con la conclusión de la retirada de Afganistán a final de diciembre, se habrá completado «el tiempo de transición» para el que Hagel fue nombrado.
Obama presentó la salida de su «gran amigo» como algo decidido de común acuerdo. También el secretario de Defensa se esforzó por dar una imagen de unidad con el presidente, a pesar de sus diferencias. «Le continuaré apoyando, señor presidente», dijo. Con ello parecía indicar que luego no criticará a Obama, como sí ha hecho Robert Gates, el secretario de Defensa que sustituyó a Donald Rumsfeld y que Obama heredó de Bush. Después de dejar el puesto en 2011, Gates ha escrito unas memorias no complacientes con el líder demócrata.