El exgeneral colombiano Luis Mendieta, superviviente del infierno
El exmilitar echó en cara su crueldad a los guerrilleros de las FARC que negocian la paz en Cuba. Tras su liberación fue agregado de la Policía en la Embajada de su país en España
El secuestro del general colombiano Luis Mendieta fue cinematográfico. Ocurrió a las 4:45 a.m. del 1 de noviembre de 1998 cuando unos 1.500 guerrilleros de las FARC atacaron Mitú, la capital de Vaupés y, tras arrasar la pequeña población, dominaron con relativa facilidad lo que había allí de fuerza pública. A los que no asesinaron, los secuestraron, entre ellos a Mendieta y a los policías John Frank Pinchao -quien se les fugó en 2007- y Luis Hernando Peña Bonilla, quien fue asesinado por los guerrilleros.
Noticias relacionadas
Durante su cautiverio Mendieta perdió parcialmente su movilidad y tuvo que improvisar unos bastones para caminar. Tan incapacitado estuvo que incluso, en varias ocasiones, fue transportado en una tela que hacía de camilla. Sin embargo y a pesar de sus dolencias, los guerrilleros lo mantuvieron atado a un palo y lo encadenaron al cuello.
Desapareció
En junio de 2010 sucedió lo inesperado: el entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010) anunció que el general Mendieta y tres uniformados más habían sido liberados por el Ejército en las selvas del sur del país.
Un agotado y envejecido Mendieta apareció ante las cámaras. Era el oficial más antiguo de la Policía. No habló, se mantuvo en silencio, estoico. Desapareció. Viajó a Madrid como agregado de la Policía en la Embajada de Colombia en España. Allí permaneció durante algún tiempo y regresó.