El Ejército Sirio Libre se retira de Alepo
Turquía teme la llegada de entre 2 y 3 millones de nuevos refugiados si la ciudad cae en manos del régimen
El Ejército Sirio Libre ya no combate en Aleppo. Según fuentes de seguridad turcas citadas por el diario turco «Hürriyet Daily News», 14.000 combatientes de esta agrupación insurgente se han retirado de la ciudad. «Su líder, Yamal Marouf, ha huido a Turquía, y está siendo alojado y protegido por el estado turco», afirma una de estas fuentes, que asegura que la salida de Marouf de Siria se produjo en la primera mitad de este mes de noviembre.
Ankara ha sido uno de los principales valedores del Ejército Sirio Libre, una facción rebelde que, al menos teóricamente, trataba de coordinarse con la oposición política siria en el exilio . Durante más de dos años, Turquía ha permitido a sus miembros cruzar libremente la frontera e incluso establecer un campamento para sus oficiales en la localidad de Reyhanli, en la provincia de Hatay.
En Alepo quedarían, pues, tres actores importantes: el ejército regular sirio leal al presidente Bashar Al Assad, el Estado Islámico y algunos batallones del Frente Islámico, que agrupa a diveras milicias como el Frente Al Nusra –la rama siria de Al Qaida- o Ahrar Al Sham, ambos con presencia en la ciudad.
Las rutas de suministro, amenazadas
Son estos últimos quienes controlan el estratégico paso de Bab Al Hawa, que conecta el frente noroeste con Turquía, desde donde reciben suministros los insurgentes. La caída de Alepo supondría un golpe fatal para ellos, por lo que diferentes facciones rebeldes están uniendo fuerzas para mantener abierta la ruta a toda costa.
«La linea divisoria entre nosotros y el régimen es de uno o dos kilómetros. O el régimen corta la caretera, o lo hacemos nosotros», afirma Abu Hofeiza, el líder de Yesh Al Muyahidín («El ejército de los muyahidines»), que cuenta con unos 5.000 combatientes. «Para nosotros, Alepo es la batalla que decidirá el destino de Siria. Si el régimen gana, aniquilará la revolución», dice este cabecilla rebelde en una entrevista con el diario británico «Financial Times».
Mientras tanto, la aviación del régimen continúa bombardeando la ciudad con barriles bomba, como el que ayer acabó con la vida de al menos 14 personas (todos ellos civiles, incluyendo a al menos dos niños) en el barrio de Kafr Hama. Turquía teme que si Alepo cae, se produzca otra llegada masiva de refugiados a su territorio, complicando aún más su situación.
«El debilitamiento del Ejército Sirio Libre significa el avance del Estado Islámico y el régimen, y esto desestabiliza más a Siria», afirmó ayer el Ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu. «Los civiles están escapando de estos grupos. Un posible avance en Alepo significaría de 2 a 3 millones de sirios llegando a la frontera turca», indicó.
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