El general secuestrado por las FARC es un «peso pesado» dentro del Ejército colombiano
Rubén Darío Alzate fue nombrado jefe militar de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán por el propio presidente Juan Manuel Santos
El general retenido por las FARC el pasado fin de semana, Rubén Darío Alzate, pasará a la historia de Colombia por haber logrado congelar los másserios diálogos de paz en más de cinco décadas de conflicto. Desarmado, vestido de civil, sin escoltas. ¿Cómo un militar de tan alto rango se permitió semejante descuido? Porque Alzate era, ni más ni menos, que comandante de la Fuerza de Tarea Titán , una unidad especial de lucha contra la guerrilla con más de 2.500 soldados a su mando.
Según informaciones enviadas por el Ejército, Alzate arrancó su carrera militar en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, donde se graduó como oficial en 1983. Sus logros fueron notorios desde el principio. Fue director nacional del Gaula Militar, una unidad especializada en la lucha contra el secuestro y la extorsión en las zonas rurales. También fue comandante del Grupo de Caballería Mecanizado General Rincón Quiñónez, director de la Escuela de Caballería, comandante de la Brigada Móvil Número 17 y director de Proyectos Especiales del Ejército Nacional. Un peso pesado dentro de las FF.AA. colombianas.
Por eso en 1996, cuando Alzate llevaba trece años de servicio y era Mayor, fue escogido para ser el primer Comandante de la Escuela de Policía Militar.
Su ascenso a brigadier general lo recibió en diciembre de 2011 de manos del presidente Juan Manuel Santos, quien en enero de 2014 le encomendó el mando militar en Quibdó, la capital de la provincia de Chocó, de la recién creada Fuerza de Tarea Conjunta Titán, que trabaja en coordinación con la Armada Nacional y la Fuerza Área Colombiana.
«Usted debe encargarse de que efectivamente esa Fuerza de Tarea se comporte como un Titán en resultados», dijo Santos al general Alzate al confiarle el mando de esa unidad militar, la número 11 de las Fuerzas de Tarea Conjuntas de las Fuerzas Armadas. El acto, se celebró a orillas del río Atrato, el mismo donde fue retenido por las FARC, presumiblemente por el frente 34.
La misión de Alzate era la de neutralizar los grupos armados ilegales que operan en 22 municipios de la provincia del Chocó, frontera con Panamá. En esta zona, donde sale buena parte de la droga que produce Colombia, operan los frentes 34 y 57 de las FARC y sus cabecillas, así como las bandas criminales y las mafias de la minería ilegal de esa zona selvática.
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