Estíbaliz Carranza
«No pido perdón. Maté a dos hombres a los que una vez amé»
La heladera que descuartizó a su exmarido y a su exnovio escribe sus memorias
![«No pido perdón. Maté a dos hombres a los que una vez amé»](https://s2.abcstatics.com/Media/201411/16/carranza--644x362.jpg)
Estíbaliz Carranza, la mujer de 36 años años de ascendencia vasca que asesinó y descuartizó a su exmario y a su exnovio, publicó sus memorias el pasado lunes, según informa en su versión digital « BBC News ». Aunque, en palabras del editor del mismo, no se le ha pagado absolutamente nada por las horas dedicadas ni verá un sólo céntimo por las ventas.
«Yo no pido comprensión o perdón. Maté a dos hombres a los que una vez amé, he despojado a dos madres de sus hijos», escribe la joven en el libro (el cual ha escrito conjuntamente con la periodista Martina Prewein y ha sido titulado «Mis Dos Vidas, La verdadera historia de la Dama de Hielo»). Carranza ha colaborado en la elaboración del texto desde Austria, pues actualmente se encuentra cumpliendo cadena perpetua en una institución del país.
Los crímenes de Carranza se sucedieron en 2008, año en que esta heladera de profesión disparó en la cabeza a su exmarido Holger Holz mientras estaba sentado en el ordenador. Dos años más tarde también acabó con la vida de a su exnovio, Manfred Hinterberger, mientras éste dormía.
Posteriormente, y al no saber que hacer con los cadáveres, los descuartizó con una motosierra y guardó sus restos en el sótano de su heladería. Fue llevada ante los tribunales el 22 de noviembre de 2012 en un juicio en el que, además de ser condenada, se ganó el apodo de «la asesina del hielo».
Ahora ha decidido publicar sus memorias para dar a conocer su cruel historia, aunque ha renunciado a cobrar por el libro por respeto a la familia de sus víctimas. En el texto, entre otras cosas, explica cómo comenzó a planear los asesinatos en 2011 y como, en el caso de su exnovio, se sentía tan ligada a él que prefirió acabar con su vida antes que abandonarle: «No podía decir que no. Yo no podía hacerlo, no podía librarme de él».