«Juego de tronos» en Somalia: nueve primeros ministros en apenas diez años

La escasez alimentaria y el terrorismo de la milicia islamista Al Shabab son los problemas más visibles de un país en crisis perpetua desde hace lustros

«Juego de tronos» en Somalia: nueve primeros ministros en apenas diez años afp

efe

Las luchas entre clanes por el poder desestabiliza el precario Gobierno somalí y convierten al país en un «Juego de Tronos» por el control de Villa Somalia, la sede gubernamental, que en apenas diez años ha acogido a cuatro presidentes y nueve primeros ministros.

Ahora otro jefe de Gobierno podría aumentar esta larga lista, ya que la tensión entre el presidente, Hassan Sheikh Mohamud, y su primer ministro, Abdiweli Sheikh Ahmed, ha vuelto a dispararse después de que este último destituyera a finales de octubre al ministro de Justicia, Farrah Abdulqadir, aliado del jefe del Estado.

Por eso, Ahmed se enfrenta ahora a una moción de censura propuesta por los cerca de 140 parlamentarios leales al presidente. Si se le destituye, el próximo primer ministro será el décimo que tiene Somalia en los últimos diez años.

El representante de la ONU para Somalia, Nicholas Kay, ha pedido calma y diálogo a los dos dirigentes, y algunos países han mostrado su preocupación, entre ellos Estados Unidos, contrario a una moción que «no sirve a los intereses del pueblo somalí».

Desde que en 2004 se estableciera el Parlamento que después nombraría al presidente, la comunidad internacional ofrece apoyo, tanto económico como político, al frágil Gobierno somalí, que vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991.

La escasez alimentaria y el terrorismo de la milicia islamista Al Shabab son los problemas más visibles de un país en crisis perpetua desde hace lustros, que afronta asimismo otros retos al menos tan complicados.

Los hawiye y los darod

Hace dos semanas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, celebró los «esfuerzos del Gobierno somalí» para acelerar la transición democrática que debe llevar a las elecciones de 2016.

Sin embargo, las últimas crisis políticas han empañado estos avances y observadores como el Instituto de Estudios Políticos (IEE) somalí han advertido que la «cooperación y el patriotismo han sido reemplazados por las disputas y retórica sectaria».

En Somalia conviven cinco tribus y las dos con mayor influencia y apoyos internacionales (los hawiye y los darod) compiten por el poder y los recursos naturales desde 1960, cuando el país se independizó.

Somalia cuenta con 275 parlamentarios, que representan a todas las tribus y que a menudo «actúan según los intereses de su clan», afirma desde Mogadiscio el experto en seguridad Shegow Ahmed.

El presidente de Somalia pertenece al clan hawiye, así como el protagonista de esta última crisis, el destituido ministro de Justicia, mientras que el primer ministro es un darod.

Esta fórmula de reparto del poder, ya utilizada en anteriores administraciones presidenciales, busca el equilibrio entre clanes, pero es también, según el exportavoz del Parlamento somalí Shariif Hassan Adan, una forma de «fomentar las tensiones étnicas».

«Cada administración se enfrentará a la misma división política», vaticinó a Efe Adan.

Lo mismo opina el analista político Abdirahin Shiekh Yarow, que sostiene que la «competición crónica por el poder» entre los hawiye y los darod provocará la actual situación «una y otra vez», ya que los dos grupos «no pueden cooperar ente ellos».

Además, Yarow apunta que la confusión entre los poderes y roles del presidente y el primer ministro crea una «duplicidad de poder» que afecta a la gobernabilidad.

«Es normal para nosotros que los líderes de los hawiye y darod violen la Constitución: prefieren los intereses de su clan antes de los de la nación», cuenta a Efe el parlamentario Mohamed Isak Osman.

El resultado de la continua lucha es «un liderazgo desorientado y un Gobierno débil, que carece de cohesión interna y confianza internacional», señala un informe del IEE somalí.

Pero la lucha entre los dos principales clanes no es el único elemento desestabilizador de la política somalí. Países como Kenia y Etiopía, así como los miembros de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD) que agrupa a los países de la región, tienen intereses y presencia activa en Somalia.

En este sentido, Osman asevera que estos países «no quieren una Somalia fuerte», por lo que «prefieren dividir el país», en una estrategia seguida por algunos actores nacionales.

Muktar Abdi y Alicia Alamillos

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