«París by night»... callejero, con tapas españolas

¿Qué hay de nuevo en la noche Parisina? Jamón ibérico, tapas y marcha callejera

«París by night»... callejero, con tapas españolas j. p. q.

juan pedro quiñonero

¿Qué hay de nuevo en la noche Parisina? Jamón ibérico, tapas y marcha callejera.

El nuevo París nocturno, el París de la marcha joven, el París que viene, está rompiendo con los barrios «históricos» y las «tradiciones locales», para huir a otros barrios, mestizos y canallas.

¿Los Campos Elíseos y Saint-Germain? Cosas de turistas, que llegan en autobús y desembarcan a paso de carga en los grandes almacenes consagrados a satisfacer pasiones turísticas.

El parisino y / o la parisina joven no tiene dinero para pagar cafés a 5 euros y cervezas a 7 o 10 euros busca nuevas tierras cálidas donde construir nidos más acogedores. Los nuevos parisinos jóvenes están emigrando como aves nocturnas a otros barrios (Bastille, el distrito 11, Oberkampf), donde la barra de los baretos nocturnos se extiende hasta las aceras, donde palique y charleta pueden prolongarse hasta muy tarde entre cerveza, copa y chutes de la más diversa naturaleza, no solo mariana.

Por esos nuevos mundos, las tradiciones carpetovetónicas pesan de manera creciente. Incluso en las esquinas más selectas (Odeon) han proliferado antros consagrados a la inmortal tradición de la «tapa» (andaluza, madrileña, extremeña, incluso catalana). En esa nueva geografía del París by night los productos ibéricos (jamones, embutidos, etcétera) ocupan puestos privilegiados. Al precio fuerte. Un bocata de ibérico con baguette parisina puede costar de 8 a 10 euros del ala.

La locura nocturna siempre tiene un precio. Y una relación de nuevo cuño bien vale un sacrificio ibérico, al precio fuerte.

El mestizaje es otro rostro esencial del nuevo París nocturno. “Barrio latino” era la traducción castellana de «Quartier Latin» (en el corazón del distrito V). Viejas leyendas para turistas más o menos ilustrados. «Barrio latino» da nombre, hoy, a nuevos antros nocturnos donde se come, se bebe y se tapea a dos pasos de la Bastille. La cosa del alterne tiene muchos rostros. Camareros guatemaltecos se alternan con camareras senegalesas. Los nuevos parisinos / as alternan con californianas, murcianos, argentinas, catalanes, colombianos y marroquíes, en una Babilonia parisina donde se habla francés, entre otras lenguas no siempre minoritarias.

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