Detenidos por desenterrar y vender cadáveres para un extraño ritual chino
Los cuerpos se usaban en «matrimonios fantasma», una práctica con siglos de antigüedad que consiste en enterrar a un soltero junto a una mujer fallecida para que no esté solo toda la eternidad
La policía del este de China ha detenido esta semana a once personas acusadas de exhumar y vender cadáveres en el mercado negro. Según explica en su versión digital el diario « South China Morning Post News », los cuerpos eran posteriormente utilizados en rituales conocidos como «matrimonios fantasma», una práctica con siglos de antigüedad que consiste en enterrar a un soltero junto a una mujer fallecida para que no esté solo toda la eternidad.
De momento, los sospechosos han sido acusados de haber exhumado el cuerpo de una mujer en la provincia de Shandong el pasado marzo (cadáver que vendieron a un intermediario por 18.000 yuanes –unos 1.900 euros-). Con todo, las autoridades sospechan que los sospechosos podrían haber desenterrado varios cuerpos más.
«Los cadáveres viejos no valen un comino, pero los que acaban de morir son muy valiosos, pueden ser vendidos por hasta 22.000 yuanes [unos 2.800 euros]», explicó uno de los principales sospechosos –identificado únicamente como Wang- en declaraciones recogidas por una cadena de televisión local.
Al parecer, el cuerpo que les ha valido la entrada en prisión acababa de ser enterrado hacer poco menos de tres meses. Una vez exhumando y vendido, el cadáver circuló por el mercado negro hasta que fue adquirido por la familia de un soltero fallecido en la provincia de Hebei por 38.000 yuanes (4.700 euros). Al menos, así lo afirma la policía del lugar.
Un matrimonio simbólico
La costumbre de los «matrimonios fantasmas» data del siglo I a.C. y requiere el cuerpo de una mujer fallecida hace poco tiempo. Su cadáver es enterrado al lado de un hombre que haya fallecido soltero para que no viva el resto de su no-existencia solo. Actualmente, se sigue practicando en zonas rurales de Shaanxi, Shanxi, Henan, Hebei y Guangdong.
La tradición se está convirtiendo en una de las más raras de la China contemporánea. Y es que, decenas de casos han sido denunciados en diferentes partes del país en los últimos años. En 2011, por ejemplo, un hombre de Shaanxi asesinó a una mujer embarazada con el fin de vender su cuerpo a una familia por 22.000 yuanes. Posteriormente fue condenado a muerte.
