Entrevista

Anwar Ibrahim: «La acusación contra mí por sodomía es una estrategia del Gobierno malasio»

Entrevista al perseguido líder opositor de Malasia, que se enfrenta a una condena de cárcel que podría impedirle presentarse a las elecciones de 2018

Anwar Ibrahim: «La acusación contra mí por sodomía es una estrategia del Gobierno malasio» Pablo M. Díez

PABLO M. DÍEZ

Anwar Ibrahim, el político más popular de Malasia, es el principal líder opositor del país al frente del Partido de la Justicia Popular (Keadilan). Sin embargo, se formó en la Organización Nacional para la Unidad Malaya (UNMO), que lidera la coalición Barisan y gobierna Malasia desde la independencia en 1957. En sus filas dirigió entre los años 80 y 90 distintas carteras, como Cultura, Educación o Finanzas, y fue número dos del Gobierno hasta que cayó en desgracia para el entonces primer ministro Mahathir, que había sido su mentor y acabó acusándolo de homosexual.

Desde entonces, sobre Anwar pesa la peor imputación sobre un musulmán: sodomía. Por unos cargos similares estuvo en prisión entre 1998 y 2004, cuando era viceprimer ministro, pero la sentencia fue anulada y quedó en libertad. Atrapado en un bucle, uno de sus ayudantes denunció en 2008 que lo había violado. Por falta de pruebas, el juez lo exculpó en 2012, pero el Tribunal de Apelación revocó dicha sentencia en marzo tras el recurso del Gobierno y lo sentenció a cinco años de cárcel. Este martes, Anwar expuso su última defensa ante el Tribunal Federal (máximo órgano judicial de Malasia), que tiene previsto dictar sentencia el jueves.

Recientemente, Anwar concedió esta entrevista a ABC , en la que denuncia que el Gobierno está detrás de esta persecución judicial para cortar sus aspiraciones políticas y que no pueda presentarse a las elecciones previstas para 2018.

- ¿Qué hay detrás de este caso y la denuncia contra usted de un antiguo ayudante por violación?

- Desde un punto de vista legal, no hay tal caso. Es solo una estrategia del Gobierno que consistió en reabrir la causa en marzo, antes de las elecciones al estado de Selangor, para que no pudiera presentarme por esta nueva acusación. Sigo siendo el enemigo público número 1, me persiguen por todo.

- ¿Cómo le está afectando a su vida personal y familiar?

- Nos hemos resignado porque estamos luchando por la democracia contra un Estado autoritario.

- ¿Ha pensado alguna vez en tirar la toalla?

- Renunciar ante líderes corruptos es traicionar a la gente que represento y que tiene esperanzas en mí para resolver los abusos y problemas religiosos, sociales y económicos que tenemos aquí.

- La acusación contra usted es por sodomía, no por violación. Incluso consentida, ¿debe la homosexualidad estar penada en pleno siglo XXI en Malasia cuando otros países admiten matrimonios del mismo sexo?

- La mayoría de los malasios aceptamos la santidad del matrimonio entre hombre y mujer, pero los políticos no estamos aquí para condenar los comportamientos sexuales de la gente. Aunque hay normas morales, la ley no debe ir al dormitorio de la gente porque hay que respetar su privacidad.

- ¿Qué ambiente se respira tras el fallo en verano del Tribunal Federal prohibiendo a los cristianos usar la palabra “Alá” para referirse a Dios?

- Aunque contenidas, hay tensiones porque los tribunales no pueden negar los derechos básicos y usar medios legales para impedir que la gente use el nombre de su Dios con una traducción del árabe. Por razones políticas, y abusando de su poder, el Gobierno quiere convencer a los musulmanes de que su religión está bajo acoso y de que los cristianos se quieren apropiar de su nombre.

- ¿Debería ser Malasia un país más secular?

- El debate está abierto. Aunque hay elementos seculares, la religión del país es el islam, que no puede interferir en derechos humanos básicos y debe respetar la libertad de las personas.

- Pero los miembros de la etnia malaya deben ser musulmanes porque así lo establece el artículo 160 de la Constitución. De lo contrario, pueden ser acusados de apostasía.

- Dicha apostasía también ha sido cuestionada. Que yo sepa, no hay nadie en la cárcel por ese delito, pero invitaría a académicos a revisar esta ley para que sea acorde con los principios islámicos. La fe depende de una persona y de Dios.

- ¿Se está radicalizando el islam en Malasia?

- Hay grupos que lo están haciendo más extremo y están apoyados por el Gobierno y sus medios, que no difunden los mensajes moderados para fomentar el nacionalismo.

- Hablemos de la misteriosa desaparición del vuelo MH 370. Se ha especulado incluso que el piloto pudo haber estrellado el avión como venganza por la reapertura de su caso porque era pariente suyo.

- El piloto es el primo de la madre de mi nuera. Le conozco como militante a favor de las reformas democráticas y sé que estaba molesto con el caso contra mí. Han dicho que actuó por venganza, pero no hay pruebas. Algunos pilotos que lo conocen bien no se creen que pueda haber destruido el avión por motivos políticos. Lo que sí creo es que las primeras semanas fueron un desastre por la falta de transparencia y que el Gobierno está ocultando cosas, pero no sé cuáles ni por qué.

- ¿Qué haría si fuera primer ministro?

- Querrá decir cuando sea primer ministro – responde riéndose –. Ahora en serio, hay que ser humilde. Este país pertenece a todos los malasios. Mi objetivo es juntar a toda la gente y no crear divisiones religiosas y sociales.

Anwar Ibrahim: «La acusación contra mí por sodomía es una estrategia del Gobierno malasio»

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