Turquía aborta un plan del Estado Islámico para cometer atentados suicidas
Asesinados dos islamistas turcos en los últimos tres días, acusados de ser miembros de esta organización yihadista
Las autoridades turcas han abortado un presunto plan de militantes del Estado Islámico para cometer atentados suicidas en el interior de Turquía. Según reveló ayer el diario «Hürriyet Daily News», la policía turca allanó un piso franco de dicha organización yihadista en la provincia de Gaziantep, en la que encontraron abundantes explosivos y armamento, así como varios chalecos para operaciones suicidas. Dos personas fueron detenidas.
La operación policial tuvo lugar el pasado día 19, pero los detalles no fueron conocidos hasta ayer. En la redada, se inacutaron diez rifles kalashnikov, 2.280 balas , 40 granadas de mano, 14 kilos de explosivo y 9 chalecos para inmolaciones. El allanamiento se produjo a instancias de los servicios de inteligencia, que en una operación anterior en Konya, en Anatolia Central, habían encontrado diagramas y mapas para lanzar una serie de ataques suicidas tanto en dicha ciudad como en Estambul, Ankara y Gaziantep.
Hace diez días, la policía de Gaziantep realizó una redada similar en la que se incautaron 150 kilogramos de explosivos y 20 chalecos suicidas. «Debo decir que habría pánico si anunciase la cantidad de explosivos que hemos capturado», indicó el jefe de policía de la ciudad, Ali Gezer, que aseguró que la cantidad era «suficiente para volar una ciudad».
Presencia del EI en Turquía
Estos hechos ponen de manifiesto la creciente amenaza que el Estado Islámico supone para Turquía , cuyo gobierno se encuentra bajo importante presión internacional por las crecientes acusaciones de pasividad hacia los yihadistas . Los nacionalistas kurdos van aún más lejos, asegurando que Ankara está dando apoyo directo a estos islamistas radicales en su lucha contra las milicias kurdas YPG en el norte de Siria.
Este fin de semana, militantes del Estado Islámico trataron de secuestrar al jefe de un grupo insurgente sirio , Abu Issa, comandante de la milicia Zuwar Raqqa («Revolucionarios de Raqqa»), en la ciudad turca de Sanliurfa, un incidente sobre el que han emergido muchos detalles en las últimas horas. Se ha sabido, por ejemplo, que varios de los perpetradores eran miembros de una mafia turca, y que habían acordado un pago de 500.000 dólares con el Estado Islámico por la operación.
Los secuestradores emboscaron el vehículo de Abu Issa y trataron de sacarle clandestinamente del país hacia la vecina Siria a través de paso de Akçakale. Pero una vez allí, los yihadistas trataron de llevarse al rehén por la fuerza, a lo que los mafiosos respondieron con armas. El tiroteo atrajo la llegada de las fuerzas de seguridad turcas, lo que dio al traste con la tentativa.
«Tienen células durmientes aquí, y están armados. Ahora, todos nosotros estamos en peligro porque estamos en sus listas», declaró ayer el activista y periodista sirio Khalaf Jurba al diario «The Washington Post», a propósito del intento de secuestro.
Ejecuciones de islamistas
Mientras tanto, la tensión en las regiones kurdas del sureste de Turquía se mantiene alta. Ayer, un miembro del partido islamista Hüda-Par, que ha mostrado públicamente su apoyo a la causa del Estado Islámico, fue emboscado fatalmente por hombres armados a la salida de su casa. Hace dos días, otro islamista fue atacado en la puerta de su domicilio por presuntos miembros de la guerrilla kurda del PKK, y falleció poco después a causa de sus heridas.
«Los miembros del PKK han estado amenazándonos solo porque somos musulmanes y llevamos barbas. Por desgracia, el estado no se preocupa de la seguridad de nadie más que de sí mismo. El gobierno nos ha abandonado frente a las amenazas del PKK», aseguró el jefe del Hüda-Par en la provincia de Sanliurfa, Hamdulla Tasali, en una conferencia de prensa. « El PKK no tiene piedad . Matan y torturan a todo aquel que se oponga a su ideología», afirmó. Elementos cercanos a los nacionalistas kurdos, por su parte, aseguran que ambos hombres eran miembros del Estado Islámico.
Estos asesinatos se han producido apenas dos semanas después de que simpatizantes del PKK se enfrentasen a miembros del Hüda-Par en varias ciudades kurdas de Turquía a propósito de la batalla de Kobani, la ciudad siria que defienden las milicias kurdas YPG frente al asedio del Estado Islámico. En Diyarbakir, la capital de las regiones kurdas, se cree que un presunto militante del Hüda-Par disparó contra una manifestación en apoyo de Kobani, lo que provocó una violenta reacción de las juventudes del PKK, que quemaron la sede del partido y mataron a cinco de sus miembros. La violencia desatada, que dejó un total de 42 muertos en todo el país, llevó a las autoridades turcas a proclamar un toque de queda durante tres días en varias provincias, y a desplegar tropas en la calle para mantener el orden.
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