Canadá y Estados Unidos temen ser objetivo prioritario del terror yihadista
El asesino de Otawa intentó viajar a Oriente Próximo para unirse a los radicales del Estado Islámico
Golpeado por primera vez en su historia por el terrorismo yihadista, Canadá compartió ayer con Estados Unidos la gran preocupación de que los dos países norteamericanos sean foco prioritario de atentados promovidos por los terroristas del Estado Islámico (EI). «No nos intimidarán», proclamó el primer ministro canadiense, Stephen Harper, ante el Parlamento, pero lo cierto es que los dos ataques terroristas de esta semana en suelo canadiense –el lunes en la provincia de Quebec y el miércoles en la capital del país, Otawa, llevados a cabo ambos por «lobos solitarios»– han generado especial alarma entre los cuerpos de seguridad de Canadá y de Estados Unidos.
Ambas naciones, entre las que existe una gran movilidad de personas, comparten muchas misiones y prioridades en la lucha antiterrorista. Hasta ahora habían centrado su coordinado esfuerzo en prevenir que terroristas de otros países llegaran a su territorio para cometer atentados o que ciudadanos propios, que se hubieran sumado a la yihad en otros puntos del planeta, regresaran con intención de continuar en casa la guerra santa. Pero los últimos casos se escapan al control de fronteras.
Tanto Michael Zehaf-Bibeau , que el miércoles asaltó a tiros el Parlamento canadiense tras matar a un soldado, como Martin Couture-Rouleau, quien dos días antes arrolló con su coche a dos miembros del Ejército, habían intentado viajar a Oriente Próximo, posiblemente para unirse a las filas del Estado Islámico (EI), pero la Policía les quitó el pasaporte e impidió su marcha. Nada indica que tuvieran contacto entre sí.
Las autoridades eran conscientes de su radicalización –los agentes incluso tuvieron contacto con Couture-Rouleau a comienzos de mes–, pero no había cargos por los que detenerlos. Si hubieran empuñado las armas en Siria o Irak, a su regreso habrían sido encarcelados, de acuerdo con las medidas impulsadas internacionalmente. Los investigadores rastrean ahora la conexión entre Zehaf-Bibeau con Hasibulá Yusufzai, un residente del área de Vancouver con el que al parecer tenía contacto. Yusufzai fue acusado de viajar a Siria para unirse al EI.
Terrorismo doméstico
Aunque siempre pueden darse casos de terrorismo islamista «doméstico», como el que provocó la masacre en el maratón de Boston en 2013, la actual guerra contra el Estado Islámico y la llamada que esa organización ha hecho a través de las redes sociales, que tanto domina, para que sus simpatizantes tomen la iniciativa y maten a infieles en sus países, obliga a una gran vigilancia.
En verano, el Estado Islámico hizo circular una fotografía en la que se veía la Casa Blanca al fondo, de noche, y en primer plano la pantalla de un teléfono móvil que mostraba la bandera negra del EI. El mensaje advertía que los yihadistas estaban cerca de su objetivo y podían atacar pronto. Mike Morell, número dos de la CIA hasta el año pasado, mostró ayer su inquietud. «Estoy más preocupado ahora sobre la amenaza en Estados Unidos que lo que he estado durante mucho tiempo», declaró a la CBS.
El martes Canadá envió seis aviones a las tropas que van a unirse a la coalición liderada por EE.UU. contra el Estado Islámico.
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