Más de 60 parlamentarios franceses defraudan a Hacienda
El semanario «Le Canard Enchaîné» filtra un documento del Ministerio de Economía y Finanzas
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Más de sesenta diputados y senadores franceses son defraudadores fiscales, según un documento confidencial del Ministerio de Economía y Finanzas, revelado por el semanario satírico Le Canard Enchaîné. Le Canard, como es conocido popularmente, se beneficia históricamente de las mejores filtraciones de todas las administraciones públicas.
Según las informaciones del semanario satírico, más de 60 diputados y senadores, de izquierda y derecha, llevan años defraudando al fisco de dos maneras: minusvaluando el patrimonio, para pagar menos impuestos; y falseando sus declaraciones fiscales.
Se trata del tercer escándalo fiscal desde la llegada al poder de François Hollande, el mes de mayo de 2012. El 19 de marzo de 2013, el presidente de la República anunció la “dimisión” de su ministro del prespuesto, Jérôme Cahuzac, tras revelarse que el primer responsable de la administración fiscal tenía cuentas bancarias en Suiza. El 1 de este mismo mes de octubre se vio forzado a dimitir Thomas Thévenoud, secretario de Estado para el comercio exterior, tras revelarse que llevaba años evadiendo impuestos. Los escándalos Cahuzac y Thévenoud han tenido un impacto negativo para la “honorabilidad” de una cierta élite socialista, la llamada “izquierda caviar”.
El escándalo revelado por Le Canard afecta a toda la clase política. El semanario no filtra ningún nombre, limitándose a revelar que una relación de 60 diputados y senadores “de izquierda y derecha” son defraudadores. La noticia ha caído como una bomba de imprevisible alcance para los 348 senadores y 577 diputados, mayoritariamente en regla con el fisco.
Según Le Canard, la administración fiscal ha transmitido a François Hollande, jefe del Estado, y Manuel Valls, primer ministro, una primera relación de senadores y diputados defraudadores, que se han apresurado a ordenar una “investigación discreta”, para “invitar” a senadores y diputados “poco escrupulosos” que se “pongan al día” fiscalmente, antes que la posible revelación de nombres caiga como una lluvia de sapos en una charca.