Luces y sombras de los diez años de Durao Barroso al frente de la Comisión Europea
El portugués ha dirigido al Ejecutivo comunitario en los tiempos de la ampliación y del Tratado de Lisboa pero también en los del desbarajuste financiero y el caos del euro
José Manuel Durao Barroso cierra su etapa al frente de la Comisión Europea. Han sido diez intensos años con claroscuros en el proyecto europeo y cuyo balance queda definitivamente marcado por las turbulencias de la crisis económica.
Los cinco principales logros de Barroso:
-La ampliación de la UE a los países del Este. En una década, la UE ha duplicado prácticamente el numero de países miembros. En la década de Barroso se ha convertido en un gigante en población y superficie.
-Tratado de Lisboa. Después del fracaso del Tratado Constitucional que ponía en una seria crisis a las instituciones europeas, el Tratado de Lisboa ha logrado encauzar el funcionamiento de una UE de 28 miembros.
-El mantenimiento de la zona euro, que no se ha dislocado como se preveía al inicio de la crisis. Es más, la moneda única sale de la zona de turbulencias con unas reglas gobernanza y una autoridad en la Comisión que habría parecido imposible hace 10 años.
-La elección de su sucesor con apoyo de las urnas. La UE aún está lejos de ser un estado confederal con instituciones similares a las de un país, pero en las últimas elecciones se ha dado un paso de gigante al vincular la elección de su sucesor –Jean-Claude Juncker- al resultado de las elecciones.
-Mercado único reforzado. Las grandes políticas de refuerzo del mercado único han avanzado notablemente, sobre todo en campos como el de las telecomunicaciones y el transporte, donde los costes para los ciudadanos y las empresas se han reducido notablemente. También programas de intercambio como el Erasmus se han reforzado.
Los cinco principales fallos:
-La difícil «digestión» de la ampliación al Este ha debilitado la cohesión interna en el edificio comunitario. Existen dudas de que la UE estuviera preparada para asumir ese salto.
-El desempleo. La gestión de la crisis, basada sobre todo en la disciplina presupuestaria, ha dejado a la UE en una de sus tasas de desempleo más elevadas.
-La falta de vigilancia de los países miembros que, como se demostró en el caso de Grecia, falsificaban sus datos contra toda evidencia. Tampoco se ha analizado la contribución de la UE al endeudamiento de los gobiernos que recibían ayudas millonarias para cofinanciar proyectos insostenibles.
-El surgimiento de los euroescépticos populistas. Los índices de participación en las elecciones europeas no han dejado de disminuir y siguen estando muy lejos del interés de los ciudadanos.
-El alejamiento de Gran Bretaña de las instituciones constituirá uno de los problemas más importantes para su sucesor. La brecha que se ha abierto entre Lóndres y la UE no es responsabilidad exclusiva de Barroso, pero al portugués le faltó capacidad para anticiparla e intentar evitarla.
Noticias relacionadas