La política familiar de Hollande abre nuevas grietas nacionales
Los 700/800 millones de euros en recortes entierran la difunta «igualdad y universalidad» en las ayudas que reinaba en Francia

La muy lenta puesta en práctica de la política familiar de François Hollande y sus 700/800 millones de euros de recortes ha terminado abriendo nuevas grietas políticas y sociales, enterrando la difunta «igualdad y universalidad» de las ayudas a las familias. «Le Monde» destaca la gravedad del problema, con este titular a toda página, en primera: “Ayudas familiares: fin de la universalidad”.
Tras largos meses de reflexión, la ministra de sanidad y asuntos sociales, Marisol Touaine, tuvo que terminar confirmando esos recortes en las ayudas a las familias, con el fin de intentar contener el déficit de los presupuestos de la Seguridad Social, que este año se estabilizará en torno a los 15.400 millones de euros y el año que viene debiera reducirse a los 13.400 millones de euros.
El anuncio de los 700/800 millones de recortes en el presupuesto de las ayudas familiares precipitó hace días un largo rosario de críticas. Para intentar contentar al ala izquierda de su partido, Hollande ha tomado una decisión que ha abierto nuevas grietas: consagrar lo esencial de los recortes en las ayudas a las familias de clase media y alta.
Críticas de la alcaldesa
Anne Hidalgo , alcaldesa de París, esposa de un diputado socialista crítico con Hollande, ha sido la primera en reaccionar: «Hoy, en muchas familias, el 40 o el 45 % de los ingresos se van en impuestos. En otras familias, el 30 % de los ingresos se van en el pago del alquiler o la hipoteca. Ante esa situación, se plantea un problema de fondo para las clases medias, que ya sufren mucho».
El PCF, por su parte, apoya el eslogan de «hacer pagar a los ricos», pero teme que la política de Hollande no favorecerá ningún tipo de igualdad y puede crear nuevas injusticias. «Tras la retórica, declara un portavoz del PCF, los 700 u 800 millones de recortes no son una medida de redistribución social. Muchas familias van a tener nuevos problemas».
Para el centro, la derecha y la extrema derecha, el fin de la universalidad de las ayudas sociales es percibida como «una ruptura del pacto republicano que fundaba la igualdad nacional».
Marine Le Pen , presidenta del Frente Nacional (FN, extrema derecha), declara: «Yo preferiría que se suprimiesen las ayudas a los inmigrantes, antes de recortar las ayudas a las familias francesas».
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