Mozambique vota hoy con el reparto de los recursos energéticos como telón de fondo
Frelimo, en el poder desde 1974, busca mantener su hegemonía frente a la antigua guerrilla de Renamo, que reclama un reparto de los nuevos recursos energéticos del país, en manos de la elite de la formación gubernamental
Mozambique vota este miércoles con una normalidad democrática que parecía inimaginable hace apenas unos meses. Primero fueron las dudas de que el presidente saliente, Armando Guebuza, cumpliera con el mandato constitucional de dar el relevo en la candidatura de su partido. Y después, el recrudecimiento de la lucha armada en el norte y centro del país de los antiguos combatientes de Renamo, que volvieron a las armas hace dos años contra el Gobierno de Frelimo tras más de dos décadas de paz.
Guebuza permitió la alternancia en su partido dando paso al antiguo ministro de Defensa, Filipe Nyusi, y firmó un armisticio con la antigua guerrilla de Renamo para garantizar que su líder, Afonso Dhlakama , pudiera concurrir a las elecciones.
Mozambique dio una lección de madurez democrática, o al menos una lección de responsabilidad económica. La inestabilidad política no se lleva bien con los negocios, y en esta nación del sureste africano todos piensan ahora en una sola cosa: hacer dinero. Los primeros, el pueblo mozambiqueño, atenazado por el desempleo y la subida de precios, en un país donde el 37 por ciento de la población aún sufre desnutrición, según la FAO.
El reciente hallazgo de carbón y gas ha convertido a Mozambique en uno de los Estados de la región con mejores perspectivas de crecimiento. Los nuevos recursos energéticos han venido con la promesa de inversiones por más de 35.000 millones de euros y unos ingresos para el Estado de cerca de 7.000 millones para el año 2032, de acuerdo con el Banco Mundial.
El Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo), en el poder desde 1975, ha construido en estos últimos años un entramado de intereses político-empresariales que ha beneficiado a las elites del partido. Según un estudio del Centro de Integridad Pública, una organización independiente que vela por la transparencia, las cúpulas de la formación y el Gobierno han creado decenas de empresas dedicadas al sector extractivo de gas y petróleo, minería, telecomunicaciones, construcción y servicios inmobiliarios.
Se trata de empresas secundarias que serían contratadas, después, por las grandes compañías multinacionales que persiguen los millonarios contratos de gas y minería. «Todas las familias más influyentes de Mozambique están a la caza de negocios en el sector extractivo. El ‘modus operandi’ es unirse a grupos internacionales. Ellos aportan el capital, y estas familias sus contactos e influencia para lograr los negocios», ha afirmado a ABC Fatima Membire, una de las redactoras del estudio del CIP.
La corrupción ha alcanzado tales proporciones que Alemania, Gran Bretaña, Italia, España, los Países Bajos y Noruega decidieron detener su apoyo presupuestario a Mozambique. Y sobre todo, es sentida por la mayoría de la población, que se ha visto apartada del boom especulativo mientras ve la bonanza de una elite incipiente que empieza a cambiar el paisaje de la ciudad de Maputo.
Cuando Afonso Dhlakama firmó en agosto el cese de hostilidades entre Renamo y el Gobierno de Guebuza, aseguró que «la democracia siempre estará en riesgo si la riqueza no se distribuye entre todos los mozambiqueños». El candidato hablaba probablemente de sí mismo y su partido –la vuelta a las armas se debió a una falta de acomodación de sus elites en la Mozambique democrática— pero el mensaje ha cuajado entre el electorado, a juzgar por la inesperada afluencia a sus mítines.
Frelimo obtuvo el 76,4% en 2009
Se desconocen cuáles han sido las promesas de ‘ reparto de riqueza’ que le han ofrecido a Dhlakama, pero como afirma un documento firmado por el Instituto de Estudios de Seguridad, el gran desafío llegará tras las elecciones. «Ya que Renamo no ha sido desarmada, podría regresar a la violencia si no está satisfecha con los resultados», asegura el centro sudafricano.
Frelimo obtuvo el 76,4 por ciento de los escaños en las pasadas elecciones de 2009, por lo que su victoria parece casi garantizada, pero el regreso de Renamo y el auge del Movimiento Democrático de Mozambique (MDM), que ha conquistado importantes ciudades como Beira y Quelimane, han puesto de manifiesto las aspiraciones de cambio de la ciudadanía.
Para las elites de Frelimo es importante conservar el poder durante los próximos diez años, ya que la mayoría de los supuestos acuerdos alcanzados con las compañías multinacionales de energía sólo comenzarán a materializarse en la próxima década. La respuesta de la formación gobernante ha sido ofrecer cambio a los electores, pero sin que cambien de partido.
El antiguo ministro de Defensa, Filipe Nyusi, es un hombre sin destacados intereses empresariales y que no está ligado directamente al presidente Guebuza, que ha sido el blanco del descontento popular por la corrupción y la falta de desarrollo económico. En su campaña, ha reconocido el resentimiento de la población hacia Frelimo debido a los escándalos y ha ofrecido un mensaje de renovación.
Los resultados favorecerán previsiblemente a Frelimo, que debe mantener al menos un 50% de los escaños para evitar su caída política, pero a largo plazo solo logrará imponerse aquel que logre convencer a los mozambiqueños de que ellos, también, merecen su parte en el reparto de los recursos energéticos.
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