«Lo siento. Solo tengo diecisiete años»

Algunos de los jóvenes líderes estudiantiles de Hong Kong no soportan la presión tras más de dos semanas luchando en las calles a favor de la democracia

«Lo siento. Solo tengo diecisiete años» reuters

daniel cancela

Así comienza la carta de Agnes Chow, en la que explica las razones de su dimisión como portavoz de Scholarism, uno de los movimientos estudiantiles que están en el origen de lo que se ha llamado la «Revolución de los paraguas» .

Tras diecisiete días de protestas, ruedas de prensa, mítines y exposición constante a los medios de comunicación de todo el mundo, estos chicos que ni siquiera tienen la edad para poder ejercer el derecho por el que luchan, están exhaustos.

«Durante estos días me he ganado el respeto de toda la gente que me rodea, pero todo este proceso me ha desgastado tanto física como psicológicamente y siento que ya no puedo soportar mas esta enorme presión. Espero que todo el mundo entienda mi decisión, solo tengo diecisiete años» decía Chow en su comunicado.

Varios miembros de los grupos estudiantiles aseguran sentirse intimidados. Otro portavoz del grupo, Lai Man-Lok aseguró que están siendo objeto de amenazas, tanto de forma telefónica como cara a cara, y «convivir con el insulto es muy estresante». Joshua Wong, líder de Scholarism y de alguna manera líder espiritual del movimiento, se siente todavía con fuerza.

El recientemente incluido en la lista Forbes de los veinticinco adolescentes más influyentes del mundo y portada de la edición asiática de la revista «Time», afirmó que todas estas presiones les hará tener mas determinación en la pelea por conseguir los objetivos marcados, que son la dimisión del Jefe Ejecutivo Leung Chun-Yin y el sufragio universal para Hong Kong en las próximas elecciones de 2017.

No sería la primera vez que Wong y su movimiento consiguen alterar la agenda política de la ex colonia. En 2012 una campaña de protesta estudiantil liderada por Scholarism logró detener el proyecto de la ley de «Educación moral y nacional» que Pekín pretendía introducir en el sistema educativo de Hong Kong y que los estudiantes consideraban «lecciones de adoctrinamiento».

Actuación policial

Sin embargo, el movimiento ha sufrido un revés esta mañana, cuando cientos de policías y antidisturbios se presentaron en la principal zona de protesta para retirar las barricadas y restaurar el tráfico en Queen's Road, una de las principales arterias de la isla. A pesar de que al policía dejó claro que su única intención era aliviar el tráfico en la zona y no disolver las protestas, la palpable demostración de músculo parecen un aviso a los manifestantes de que la situación no puede prolongarse mucho mas tiempo.

En rueda de prensa, el Superintendente de Policía Steve Hui aseguró que no se permitiría volver a ocupar las zonas liberadas, y que se utilizaría la «fuerza apropiada» si era necesario para evitar que eso ocurriese. El Gobierno está sometido a las presiones de los sindicatos de transporte, así como el de taxistas, por lo que su margen de actuación se está reduciendo. La última protesta la protagonizaron esta tarde un grupo de trabajadores de los tranvías, cuyo trabajo se esta viendo seriamente afectado por la ocupación de las calles.

Esta noche las tiendas de campaña todavía ocupan gran parte de las zonas de protesta en Admiralty y Mong Kok, pero el descontento crece por momentos, y no son pocas las voces que empiezan a cuestionar un movimiento que, encabezado por adolescentes, lleva casi tres semanas paralizando una de las ciudades más bulliciosas del planeta.

«Lo siento. Solo tengo diecisiete años»

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