La creación de una zona de seguridad en Siria divide a Turquía y a la alianza

El diálogo silencia las protestas en Turquía y los combates siguen en Kobani

La creación de una zona de seguridad en Siria divide a Turquía y a la alianza EFE

mikel ayestaran

El diálogo silenció las protestas callejeras en Turquía y se levantó el toque de queda en las seis provincias de mayoría kurda después de unos choques que costaron la vida al menos a 24 personas. Los dirigentes kurdos se reunieron con el Gobierno de Ankara y propusieron trabajar «mano a mano» para salvar Kobani . Selahattin Demirtas, copresidente del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), insistió una vez más en que no piden la intervención militar, sino «apoyar a los locales», en referencia a las milicias locales que resisten desde hace tres semanas el asedio islamista. El HDP defiende la apertura de un corredor desde Turquía para poder evacuar con seguridad a los civiles que quedan en el enclave kurdosirio y enviar alimentos y armas a los combatientes, pero hasta el momento Turquía mantiene sellada una frontera desde la que los tanques y la prensa internacional siguen el desarrollo de los combates.

El ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, se reunió con el nuevo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y señaló ante la prensa que «no es realista esperar de Turquía que haga en solitario una operación terrestre. Seguimos hablando con nuestros aliados. Cuando una decisión conjunta se haya tomado, Turquía aportaría su parte». El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan , ha vuelto a poner sobre la mesa la opción de establecer una zona de exclusión aérea en el norte de Siria y asegurar una parte del territorio para garantizar el retorno de los 1,5 millones de refugiados que han tenido que huir en los últimos años a causa de la guerra. Esa zona serviría además para apoyar y formar a una «oposición moderada» a Damasco, según los turcos, libre de los bombardeos del Ejército. Ankara exige a la alianza una estrategia a largo plazo y, más allá de los ataques aéreos, pide la cabeza de Bashar Al Assad, a quien considera el responsable directo del florecimiento del EI.

La propuesta turca encontró el apoyo inmediato de Francia, pero desde la OTAN matizaron que de momento «no está en la agenda» y Rusia no tardó en recordar que «es el Consejo de Seguridad de la ONU el que debe tomar la decisión sobre esas zonas», según palabras de Alexander Lukashevich, portavoz de Exteriores, recogidas por la agencia Interfax. Al comienzo de la guerra Siria los turcos propusieron esta misma medida, pero Moscú, aliado del régimen de Assad, siempre la bloqueó cuando llegó al Consejo de Seguridad.

Combates en Kobani

Los bombardeos de la alianza y la resistencia de los milicianos kurdos han obligado a los islamistas a retroceder en las últimas 48 horas, pero siguen cercando Kobani. El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Martin Dempsey, declaró a la cadena ABC que desde el inicio de los ataques los yihadistas «ya no plantan banderas ni se desplazan en grandes convoyes como hacían antes. Tampoco establecen cuarteles generales que sean visibles». En su comunicado diario, el comando estadounidense encargado de Medio Oriente y Asia central (Centcom) informó de cinco nuevas operaciones aéreas en la ciudad y aseguró que «las milicias kurdas continúan controlando la mayor parte de la ciudad y resisten». Los últimos ataques destruyeron un campo de entrenamiento de la agrupación extremista, un edificio y dos vehículos, según el comunicado estadounidense.

« Kobani es una tragedia porque representa la maldad del EI, pero no es la definición ni de la estrategia o la medida completa de lo que está ocurriendo en respuesta al EI», declaró el secretario de Estado, John Kerry. Después de dos meses de bombardeos en Irak, primero, y en Siria, después, Estados Unidos es responsable del 90 por ciento de unas operaciones que hasta el momento no han logrado frenar la expansión de los yihadistas. Kerry defiende una estrategia a largo plazo que pasaría por una primera fase centrada en acabar con los cabecillas e infraestructura del EI y consolidar el nuevo Gobierno de Irak como gran aliado local. Mientras, Washington ya ha dado luz verde al entrenamiento de lo que califica como «oposición moderada» siria, que a medio plazo tendrá la misión de combatir al EI sobre el terreno. A diferencia de lo que opina Turquía, el cambio de régimen en Damasco no aparece, hasta graahora, en los discursos de los dirigentes estadounidenses.

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