¿Por qué protesta Hong Kong?
La presión democrática sobre Pekín, la mayor desde que dejó de ser colonia británica, tiene como telón de fondo la represión de Tiananmen
Las protestas que bloquean el centro de Hong Kong desde el viernes pasado son las más graves que ha conocido la excolonia británica desde que pasó a soberanía china en 1997. Decenas de miles de manifestantes, en su mayoría jóvenes, ocupan el centro de la macrourbe en demanda de democracia y de libertades políticas, y son reprimidos al caer la noche por la Policía antidisturbios, que hasta el momento solo emplea contra ellos gases y porras.
El detonante
Los manifestantes exigen a Pekín que derogue el plan electoral anunciado a comienzos de este verano, que establece que será el gobierno central comunista quien designe los candidatos para las elecciones a jefe ejecutivo (alcalde) de Hong Kong. Hasta esa fecha, las autoridades comunistas jugaron con la ambigüedad, tras asegurar que -dentro del sistema “un país, dos sistemas”- la antigua colonia británica podría seguir manteniendo la norma democrática de “un hombre, un voto”. Los manifestantes exigen que Hong Kong tenga libertad para designar los candidatos a alcalde, sin imposición de nombres por parte del partido comunista chino.
¿Quién está detrás?
De momento no ha emergido ningún líder individual al frente de las protestas, convocadas por un abanico de movimientos pro-democracia de Hong Kong. Aunque algunos lo comparan con la Primavera Árabe, los manifestantes quieren subrayar su carácter pacífico y su reivindicación de la peculiaridad del exterritorio británico. Se han bautizado como "Revolución de los Paraguas”, porque muchos los usan para protegerse tanto del sol diurno como de los gases mostaza de la Policía al caer la noche.
¿Habrá represión?
Es la pregunta permanente de los observadores desde que comenzó la protesta, dado el precedente de la brutal represión de los manifestantes pro-democracia de la Plaza de Tiananmen en 1989. Por el momento Pekín ha dado órdenes de que se disperse a los manifestantes sin causar muertes. El gobierno chino teme las repercusiones internacionales de una represión sangrienta, y también el efecto que tendría en Hong Kong, centro neurálgico de la vida financiera del país.
¿Durará la protesta?
Todo indica que sí. Los grupos convocantes han reiterado que es mucho lo que está en juego, y no van a ceder en su protesta, dirigida a colapsar la vida financiera y comercial en el centro así como el tráfico rodado. Además de exigir la libertad de elegir los candidatos a alcalde, los manifestantes exigen la dimisión del actual jefe ejecutivo de la ciudad, Chun-ying, al que acusan de complicidad con el PC chino. Esta condición sí podría ser aceptable para Pekín para calmar los ánimos.
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